Los médicos residentes convocan una huelga indefinida a partir del 13 de julio

  • Según dicen "ante la falta de respuestas a las demandas"
Protesta de médicos
Protesta de médicos |Europa Press

Dicen sentirse 'abandonados' por la Comunidad de Madrid. Por ese motivo, los médicos residentes (MIR) han convocado una huelga indefinida a partir del 13 de julio. Las causas, alegan, la "falta de respuestas" a sus demandas, una situación que se agravado por la crisis del covid-19.

El objetivo es lograr un convenio MIR satisfactorio y se han puesto una fecha tope: el 2 de julio. Si no lo consiguen, irán a la huelga indefinida.

Sus quejas, según el comunicado del sindicato médico Amyts, son numerosas: dicen ser los 'peor pagados', solo por detrás de las Islas Canarias. También se quejan de ser utilizados por los hospitales como 'mano de obra barata' y de aprovecharse de ellos para trabajar 'guardias de 24 horas sin libranzas'.

También acusan a los hospitales de otorgarles más responsabilidades de las que les corresponden y tener que atender pacientes sin supervisión 'o muy escasa' de un médico adjunto.

Un problema agudizado por el covid-19

La situación de crisis por la pandemia no ha hecho más que empeorar la situación, según dicen estos médicos, ya que muchos de ellos dejaron de cobrar guardias por estar de baja médica o reubicados en el hospital de campaña de Ifema.

El Comité de Huelga de Residentes de la Comunidad de Madrid, que incluye residentes de los hospitales públicos, tras remitir a la Consejería de Sanidad el 22 de mayo "un Convenio MIR histórico", elaborado por Amyts, ha optado por ir a la huelga.

La principal razón según este sindicato, es la precariedad laboral. El primer año de residencia, los médicos cobran "10,85 euros brutos por hora de guardia, con una retribución neta mensual sin guardias de 1003 euros, llegando a 1279 euros en los residentes de último año (4º y 5º año de residencia)", explican.

La mayoría complementa sus sueldos con "la acumulación de extensas horas de guardia de 17 y 24 horas", llegando estas al 50% de su salario.

Durante la crisis, dicen, sufrieron la falta de EPIs y test y les usaron como 'comodines' para hacer jornadas de hasta 35 horas

Durante esta crisis, aseguran que se han sentido 'el comodín' que todos los hospitales querían utilizar, cargándoles de responsabilidades para las que aún no están preparados.