‘Mi cámara y yo’ busca el secreto de la eterna juventud

Supercentenarios
Supercentenarios Mi camara y yo |Telemadrid

EL VIERNES 4, A LAS 21:45H, ‘SUPERCENTENARIOS’

Este viernes, a las 21:45h, la reportera de ‘Mi cámara y yo’, Irene Falcón, sale a la calle para averiguar los secretos de nuestros ‘Supercentenarios’. Y es que, Leganés es el municipio más longevo de toda Europa, y el segundo, Móstoles. En España, la esperanza de vida para las mujeres es de 86 años, y la de los hombres, de 81.

‘Mi cámara y yo’ ha asistido al Campeonato Europeo de Atletismo de veteranos celebrado Madrid. El encuentro congregó a los más impresionantes deportistas centenarios del mundo, de los cuales, 416 superaban los 70 años. Entre ellos está Marcos, que a sus 89 primaveras presume de ser el único atleta de la familia y de llevarse otra medalla para casa.

Pero, ¿existe alguna explicación científica para la longevidad? Irene Falcón ha hablado con el jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que explica qué es el llamado ‘gen Matusalén’. Tal vez, una de las razones por las que Salustiano haya cumplido ya 103 años. Actualmente es el vecino más longevo de Leganés, municipio cuyos mayores presumen de sus ganas de vivir, sobre todo, en los centros de jubilados.

También participarán en el programa Lolita, una incombustible profesora de sevillanas que a sus 79 años sigue dándolo todo; y Lorenzo, que a sus 89 años sigue detrás del mostrador de la mítica tienda de caramelos La Pajarita. Aunque si hay un hombre que a sus 89 años se mantiene en plena forma y aún más, sigue siendo todo un seductor, es sin duda el actor Arturo Fernández. En el teatro Amaya, ‘Mi cámara y yo’ ha grabado los momentos previos a su función ‘Alta seducción’, para intentar conocer los secretos de este eterno galán.

‘Mi cámara y yo’

Irene Falcón, Paloma López, Paz Llamas y Pablo Dorado, los reporteros de ‘Mi cámara y yo’, programa producido por El Torreón del Sol, recorren cada semana la Comunidad de Madrid con una minicámara, interfiriendo lo menos posible en el relato, para ofrecer la parte más desconocida y más cercana de la realidad, tratando siempre de ver las cosas desde otro ángulo, entrando con la cámara en la vida cotidiana de los espectadores.