El violador del 'ascensor', al banquillo por violar a dos jóvenes a las que abordó en el Hospital de La Paz

El violador del 'ascensor', al banquillo por violar a dos  jóvenes a las que abordó en el Hospital de La Paz
El violador del 'ascensor', al banquillo por violar a dos jóvenes a las que abordó en el Hospital de La Paz

La Audiencia Provincial de Madrid juzgará a partir de este jueves a Pedro Luis Gallego Fernández, conocido como el violador del 'ascensor', por la violación de dos mujeres y el intento frustrado de otras dos que lograron huir de su captor en las inmediaciones del Hospital de La Paz.

El acusado, que permanece en prisión desde el 16 de junio de 2017, se enfrenta a una petición fiscal de 96 años de cárcel. El pasado julio, se intentó suicidar en su celda en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real).

Cuenta con un amplio historial delictivo ya que había sido condenado anteriormente por dos delitos de asesinato y varios de violación. En esta ocasión, el fiscal le acusa de dos delitos de detención ilegal, dos delitos de agresión sexual continuada, dos delitos de lesiones, y delito de robo con violencia.

En junio de 2017, fue detenido acusado de nuevas agresiones sexuales tras ser excarcelado en 2013 tras cumplir parte de la condena por el asesinato de la menor Leticia Lebrato y otros 18 delitos por agresión sexual.

Su 'modus operandi' era secuestrar a punta de pistola a sus víctimas en una zona próxima al Hospital de La Paz. Luego se las llevaba a Segovia para agredirlas sexualmente y las devolvía al lugar del rapto en coche. Pedro Luis Gallego era un violador en serie excarcelado en noviembre de 2013 tras materializarse la derogación de la Doctrina Parot, que redujo el tiempo en prisión con carácter retroactivo, sobre sus actuaciones entre los años 70 y 90. Gallego no había sido vigilado por la Policía desde su excarcelamiento.

HECHOS A JUZGAR

La primera acción delictiva que la Fiscalía imputa ahora al acusado se produjo el 16 de diciembre de 2016 sobre las 23:35 horas. Fue entonces cuando abordó "repentinamente" en una calle situada en la zona norte de Madrid con una pistola intimidatoria a una joven de 17 años de edad. Varios viandantes impidieron que se llevara a la joven y la chica solo resultó herida leve en su rodilla.

Dos meses después, el 19 de febrero de 2017, Pedro Luis Gallego Fernández acudió sobre las 00.00 horas a otra calle también situada en la zona norte de Madrid donde tras encañonar a una joven con una pistola le llevó hasta su coche, "la tapó con un gorro los ojos, la ató las manos por la espalda con bridas y la tumbó en el suelo de los asientos traseros del vehículo".

A continuación la llevó hasta un domicilio situado en Segovia "donde maniatada e impedida de toda visión tuvo que soportar del procesado que la agrediera sexualmente en cinco ocasiones". Sobre las 14:30 horas del día siguiente dejó a la víctima en una calle de Madrid "previo lavado del cuerpo para evitar dejar vestigios".

La víctima, a la que le sustrajo su teléfono móvil, auriculares así como 50 euros, perdió el curso que estaba estudiando ya que estuvo sometida a tratamiento psicológico por estos hechos.

El tercer hecho delictivo se refiere a unos hechos ocurridos sobre las 1:40 horas del 2 de abril de 2017 cuando abordó en plena calle a otra joven a la que exigió a la fuerza que se introdujera en el coche, "llegando a empujones a meterla dentro del vehículo". La víctima logró huir del lugar.

La última acción delictiva ocurrió sobre las 22:45 horas del 14 de abril de 2017 también en una calle de Madrid cuando el procesado abordó a otra mujer a la que tras colocarle una pistola en la cabeza la introdujo "a empujones" en un coche. "Tras darle leves golpes, la puso una brida y luego una cinta de pegar de pintor en las manos y tras taparle los ojos la sentó en el asiento del copiloto llevándola hasta la gasolinera", donde la obligó a mantener relación sexual completa".

A continuación el acusado llevó a la mujer hasta Segovia donde durante más de seis horas la estuvo forzando sexualmente. Al amanecer la limpió y la llevó nuevamente a Madrid abandonándola en la calle.