Declarado nulo el juicio del 'crimen de los tirantes' de Zaragoza

Rodrigo Lanza
Rodrigo Lanza

Los magistrados de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) han declarado nulo el juicio del caso denominado 'crimen de los tirantes' basándose en la falta de motivación del veredicto del jurado, por lo que la causa será devuelta a la Audiencia Provincial de Zaragoza para que se celebre un nuevo juicio ante un nuevo Tribunal del Jurado.

El pasado 19 de marzo, el fiscal y las acusaciones particular y popular del caso, ésta última representada por Vox, solicitaron en una vista la repetición del juicio en el que se impuso a Rodrigo Lanza cinco años de prisión y el pago de indemnizaciones por más de 205.000 euros por los hechos ocurridos el 8 de diciembre de 2017 en el transcurso de una discusión, en un bar de la capital aragonesa, y que acabaron con la muerte Víctor Laínez.

Lanza, que se encuentra en prisión provisional hasta el 9 de junio, fue condenado como autor de un delito de lesiones dolosas en concurso con homicidio imprudente, con las agravantes de alevosía y motivos ideológicos, y la atenuante de leve de arrebato.

Las acusaciones mantuvieron que el veredicto y la sentencia no están bien motivados, que presentan contradicciones y que Lanza es responsable de un dolo eventual, es decir, que sí tuvo conocimiento, en el momento de los hechos, de que la agresión a Laínez, podía conducir a la víctima a la muerte, como así ocurrió días después.

El veredicto del jurado le encontró culpable de un delito de asesinato y no de homicidio imprudente con lesiones graves, por lo que fue condenado.

Según el Ministerio Fiscal, "se ha infringido clamorosamente la Ley del Jurado" porque el tribunal debe relatar y explicar las razones por las que se declaran o rechaza declarar determinados hechos. Asimismo, ha llamado la atención sobre los "innumerables puñetazos" que propinó Lanza a Laínez ya en el suelo, donde también le pateó, y ha recordado que un testigo requirió al autor que dejara de golpear a su víctima diciéndole: "Para, para, que lo matas".