Cuarenta años de lucha LGTB

  • La comunidad LGTB en Europa se enfrenta a escollos legislativos y agresiones

Esta tarde a partir de las 19: 30 desde Odonnel parte una manifestacion que recordará la primera marcha de este colectivo que se celebró en Madrid hace 40 años. Estas son las fotos de aquella marcha histórica a la que acudieron 70 personas. Muchas cosas han cambiado; por ejemplo, gracias la valentía de quienes se manifestaron hace cuatro décadas.

Los escollos legislativos y las agresiones son algunos de los problemas más visibles a los que se enfrenta la comunidad LGTB en Europa, que celebra hoy el Día del Orgullo, sobre todo en la parte oriental.

En Italia, la propuesta de ley para tipificar el delito de agresión homófoba está estancada desde 2013, a pesar de las denuncias de estos colectivos LGTB, que afirman, según una encuesta en el portal gay.it, que el 52 % de ellos han sufrido agresiones durante su vida.

El nuevo ministro de Familia y Discapacidad de Italia, Lorenzo Fontana, miembro de la ultraderechista Liga -ahora en el gobierno-, provocó las protesta LGTB al asegurar que "las familias formadas por homosexuales no existen".

En Francia, un 53 % de los LGTB dice haber sufrido en su vida agresiones por su orientación sexual o su identidad de género, según la encuesta publicada por el Observatorio de la Homofobia.

París ha decidido instalar en algunas calles pasos de cebra permanentes con los colores del arco iris de la bandera gay, algunos de los cuales, colocados con motivo de la Fiesta del Orgullo de este próximo sábado, han tenido que ser repintados por haber sido vandalizados.

En el Reino Unido, el gobierno prevé presentar la semana próxima un plan de acción para mejorar los derechos de la comunidad LGBTI, pero, pese al mayor reconocimiento, todavía afronta discriminación y acoso, como demuestra un sondeo difundido por Pride in London.

Según esta encuesta, un 12 % de los hombres y un 17 % de las mujeres homosexuales del Reino Unido no se lo ha dicho a su familia, lo que sube a un 46 % en el caso de los bisexuales y a un 40 % para los asexuales, "queer", pansexuales o polisexuales.

En Portugal, los datos más recientes proceden de un informe sobre ataques homófobos registrados en 2017 por la plataforma ILGA Portugal, según la cual el principal ataque sufrido son insultos y amenazas (39 %), seguido de violencia doméstica, el acoso, tentativa o agresión y discriminación en la asistencia médica (4,02 %).

En la República de Irlanda, el colectivo LGBT goza de gran visibilidad, en parte porque el primer ministro, el democristiano Leo Varadkar, es el primer jefe de Gobierno abiertamente gay de su historia.

Varadkar encabezó este mes los actos del 25 aniversario de la despenalización de la homosexualidad, en los que pidió perdón en nombre del Estado por las políticas discriminatorias del pasado, al tiempo que recordó que aún deben darse más pasos para avanzar en el terreno de los derechos.

Alemania registró el año pasado un total de 313 delitos contra la orientación o la identidad sexual, 74 de los cuales fueron agresiones con violencia, según el informe policial de 2017.

En 99 de los delitos contra la comunidad LGBT, el autor procedía de la ultraderecha, aunque en la mayor de los casos (189) no se establecieron motivaciones ideológicas concretas.

En Bélgica, según el centro para la igualdad de oportunidades, en 2017 hubo en total 84 casos de discriminación o violencia por razón de la orientación sexual.

En Holanda, primer país de Europa en legalizar el matrimonio homosexual, un 75% de la población es a día de hoy "tolerante" y mantiene una actitud de "más respeto" y "positividad" hacia los homosexuales, según la Oficina de Planificación Social y Cultural (SCP).

Sin embargo, los holandeses tienen todavía "dificultades" para, por ejemplo, presenciar un beso entre dos hombres o mujeres en un espacio público, indica la SCP, que eleva a un 29% el porcentaje de la población que ve ese gesto como "ofensivo".

En Europa oriental la situación es peor. En Hungría, la Constitución impulsada por el ultraconservador Viktor Orbán excluye la posibilidad el matrimonio entre personas del mismo sexo y hace de la defensa de los "valores familiares tradicionales" y del "cristianismo" una parte fundamental de su agenda.

En Croacia, los organizadores de la fiesta del Orgullo en Zagreb han alertado del incremento de las críticas y furibundos ataques verbales por parte de sectores conservadores vinculados a la Iglesia Católica.

Los desfiles del Orgullo se organizan en los últimos años sin incidentes, pero tampoco faltan muestras de odio: en un carnaval de niños celebrado en una localidad de Croacia en febrero de este año se quemó ante cientos de asistentes la imagen de un libro ilustrado sobre niños que viven en familias homosexuales.

En Serbia, aunque se han producido mejoras legales, con la despenalización de la homosexualidad en 1995, los prejuicios, la discriminación y el tabú están muy presentes en una sociedad donde la Iglesia Ortodoxa tiene una gran influencia.

Según la investigación de una ONG el 23 % de la población LGTB ha sufrido un ataque físico y la mayoría ha padecido algún acoso verbal.

En Rumanía, hasta 2001 era ilegal que las parejas del mismo sexo se tomaran de la mano o expresaran cualquier otro signo de afecto en público. La ley se cambió como parte del proceso de adhesión de Rumanía a la UE.

La Agencia Europea de Derechos Fundamentales reveló en 2016 que alrededor de la mitad del personal médico en Rumanía consideraba a la homosexualidad un tipo de "transtorno mental".

En Rusia se aprobó en 2013 una ley que prohíbe la propaganda homosexual entre los menores de edad, lo que permite enjuiciar a aquellos que "promocionen" cualquier tipo de referencia a las relaciones entre personas del mismo sexo.

Organizaciones de derechos humanos y grupos LGBT han denunciado episodios de violencia contra los homosexuales en Rusia, y especialmente en la república de Chechenia: secuestros, detención secreta, tortura y asesinatos de hombres considerados gays.