Hace un año los taxistas comenzaban una huelga acampando en el Paseo de la Castellana. Pedían que se regularan las licencias de VTC, pero al cabo de cinco días desconvocaron la huelga.
Fomento traspasaba a las autonomías la regulación de los VTC y el sector del taxi advirtió de que era solo una tregua hasta septiembre si no se cumplían sus reivindicaciones.
A finales de enero, la Feria Internacional de Turismo coincide con la siguiente huelga e Ifema se convierte en la zona cero de las protestas.
Como consecuencia, surgen otras iniciativas para concienciar de sus problemas, como una huelga de hambre. Terminada la feria, se vuelve a la Castellana, aunque esta vez la Policía evita los cortes.
Las protestas siguen con marchas y concentraciones frente a la sede del Partido Popular, pero Ángel Garrido, entonces presidente de la Comunidad por el PP, no cede y el descenso en el nivel de negocio del taxi parece proporcional al aumento de los beneficios en su competencia: se calcula que hay un VTC por cada dos taxis, quince veces más que la proporción que exigían los taxistas.
En 120 minutos hemos charlado con José Miguel Fúnez, de la Federación Profesional del Taxi. Asegura que "no se puede competir contra alguien que no quiere cumplir las normas", refiriéndose a los VTC, y pide "voluntad política" para llegar a una solución.
