Los nuevos mirones tecnológicos

La cámara de seguridad de un establecimiento captaba la imagen de un hombre que grababa con su móvil por debajo de la falda de otra clienta.

Los dueños de la tienda estaban contemplando la escena y avisaron a la mujer para que interpusiera la denuncia.

La tecnología se ha convertido en un aliado inesperado de mirones y pervertidos que disfrutan contemplando actitudes íntimas de otras personas sin su consentimiento.

Se trata de un acto que puede llegar a ser considerado delito de vejaciones con una pena de 6 meses a 2 años de prisión. Si las imágenes se difunden públicamente la pena es aún mayor.

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