Gema Escrivá: “Quienes demandan nuestra ayuda son familias de clase media que se han quedado sin ingresos”

Gema Escrivá: “Quienes demandan nuestra ayuda son familias de clase media que se han quedado sin ingresos”

Gema Escrivá, directora del Banco de alimentos de Madrid le explica a Juan Pablo Colmenarejo la situación actual de la sociedad madrileña. “Tenemos mucha demanda de personas que solicitan ayuda. Atendemos a 190.000 personas. Ahora distribuimos más alimentos y hemos incrementado en un 50% las ayudas".

"Desde el 15 de marzo al 12 de mayo hemos dado 4 millones de kilos de alimentos -dice a Juan Pablo Colmejarejo en Buenos Días Madrid de Onda Madrid- La situación es preocupante porque vemos que se necesita mucha ayuda. Nos entran alimentos pero no suficientes. En los almacenes, los voluntarios trabajan a destajo para distribuir los alimentos”.

Alimentos en bolsas

Gema Escrivá comenta que el Banco de Alimentos se ha convertido en el mayor observatorio social de la región, “porque tomamos el pulso a todas las entidades benéficas que reparten a sus usuarios. Además, hemos tenido que cambiar la forma de operar. Los comedores sociales ya no funcionan y estamos distribuyendo los alimentos en bolsas con menús y bocadillos, de ahí, las largas colas. El 64% de ellas, van a familias”.

Destacan la solidaridad

Para que el Bando de Alimentos no dejara de operar, en un principio se contó con la colaboración de la Guardia Real. Y ahora lo hacen gracias a la colaboración de entidades privadas. “La respuesta ha sido increíble y destacan los movimientos solidarios. La diferencia con la crisis de 2008 es que la gente entonces tiró de ahorros y tardó en pedir ayuda. En esta, ha sido inmediato por el confinamiento. Hemos sacado hasta 2 millones de kilos de alimentos al mes. Incluso tenemos entidades benéficas que están en lista de espera para entrar en el Banco de Alimentos”.

La clase media pide ayuda

Escrivá se refiere también al cambio de perfil entre sus voluntarios y los solicitantes de ayuda. “Antes la mayor parte de los voluntarios eran personas mayores, vulnerables en esta crisis. Ahora tienen entre 20 y 55 años. Gente joven, comprometida con ganas de ayudas y con tiempo. Muchos son personas acogidas en ERTE que están distribuyendo la comida con sus propios vehículos”.

“El perfil del demandante también ha cambiado. Se ha incrementado en familias de clase media que han visto cortadas de repente sus actividades. Yo recibo al día hasta 30 correos pidiendo auxilio. Solicitamos donaciones a través de nuestra web para seguir comprando alimentos, ahora que nos enfrentamos a otra compra importante, porque la velocidad de salida es más alta que la de entrada”, termina.

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