Familias en minipisos aseguran que entrarían en depresión con un nuevo confinamiento

Para Madrid el confinamiento total por el coronavirus no es la solución, pero el Gobierno central, pese a lo dicho por el ministro Salvador Illa, no lo descarta, según señaló ayer la portavoz Montero. Con esta amenaza en el horizonte, el miedo a un nuevo confinamiento se ha instalado en la calle.

El temor crece aún más entre las familias que viven en pequeños pisos, padres, hijos e incluso abuelos, que comparten unos pocos metros cuadrados donde se hace muy complicada la convivencia.

Pisos pequeños y llenos de humedades

Es el caso de Mikaela y su familia, su marido y sus dos hijos de 5 y 3 años, que viven en poco más de 20 metros cuadrados. Apenas tienen luz natural, la vivienda tiene humedades y está bastante deteriorada. En esas condiciones sobrellevaron el confinamiento de la primera oleada y se preparan para el segundo si lo hubiera en este ninipiso donde no hay ventilación siquiera.

Otra familia que tiene los mismos problemas no sólo de espacio sino también de deterioro de su ninipiso es la de Marivi, que vive apenas en 21 metros cuadrados con sus dos hijas pequeñas.

En depresión

“De la manera que está la casa –dice- otro confinamiento más seria un agobio muy grande, entraría en depresión”.

Las paredes del piso están llenas de humedades de la cocina al dormitorio, donde apenas caben cosas. “Las niñas –cuenta a Telemadrid- lo pasaron muy mal durante el confinamiento, no podían correr y tampoco salir al patio trasero porque es compartido con otros vecinos”.

Relata que durante el confinamiento en su pequeña tele “veíamos dibujos nada más para no agobiarnos más con las noticias”. Marivi está con la renta mínima y en su piso no hay espacio ni para comida ni para ropa, se caen las paredes a cachos y llueve dentro.

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