Dos años esperando y pagando un ascensor que sigue en obras y con el portal lleno de ladrillos

Los vecinos de un edificio de la calle de Santa María de la Cabeza ya no saben qué hacer. Llevan dos años pagando un ascensor que no tienen y sufren unas obras que no finalizan, y que a día de hoy no están terminadas. Además la escalera para acceder a los pisos es provisional, ya que la original la derribaron para instalar el elevador.

Natalia y Sergio, vecinos del inmueble, cuentan a Telemadrid que los de la empresa instaladora, OTIS, “siempre tienen una pega y no nos finalizan la obra porque no les da la gana”. Tanto está tardando que algunos de los que contrataron la obra ya ni viven “porque eran gente mayor como hay muchos en este portal”.

La empresa no responde

Relatan que “algunos tienen 90 años y una, incluso, se ha ido a vivir a Mallorca. Tienen así a las personas y encima con miedo de salir en la tele por si hay represalias”. Este es un edificio de cuatro plantas, donde viven 15 vecinos, la mayoría personas mayores y “algunas ya no pueden salir a la calle”.

Dicen estos vecinos que “tenemos todos los papeles del Ayuntamiento, hemos perdido subvenciones las hemos vuelto a pedir, hemos pagado unos 50.000 euros entre todos los vecinos y OTIS no responde”.

Al parecer, el principal problema es que en el contrato que firmaron con OTIS no aparece fecha de finalización de la obra y a pesar de sus constantes reclamaciones a la empresa no han conseguido que se comprometan a una fecha de fin de obra. “En la firma del contrato hace dos años había personas muy mayores que seguramente no supieron lo que firmaron”, dicen los vecinos a Telemadrid.

Dos años esperando

Comenzaron a pagar la obra del ascensor en 2016 y a día de hoy no se ha terminado. Es un ascensor exterior, adosado a la fachada del edificio. Contrataron por 99.000 euros, pero como tuvieron que pedir un préstamo a 20 años la factura asciende a 140.000 euros. Las obras comenzaron hace menos de dos años pero todo el trabajo está a medias. Tiraron la escalera y la nueva tampoco está acabada.

Ahora, además, les piden 30.000 euros más por una ampliación del proyecto que presentó el arquitecto sin su consentimiento. Por si fuera poco, cuando picaron la fachada dañaron la pared de la habitación de una de las vecinas.

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