Los vecinos de Malasaña, hartos de los botellones en su barrio

  • A pesar de que las denuncias se han incrementado un 30% y algunas multas llegan a los 600 euros, no disuaden a los que practican esta actividad en auge

Un sueño durante el día, una pesadilla durante la noche. Así es vivir en el barrio de Malasaña, según nos cuentan los vecinos. No hay quien duerma durante la noche por culpa de los botellones. Las sanciones se han incrementado un 30% pero no disuaden esta actividad en auge cinco días a la semana, aunque algunas multas alcanzan los 600 euros. Los botellones no se hacen solo en la famosa plaza del Dos de mayo, sino también en la plaza de San Ildefonso y en la plaza del Rastrillo.

Algunos vecinos se plantean marcharse; se consideran una especie en extinción. Dicen que la situación no mejora y la falta de sueño está llevando a algunos a consultas de los psicólogos. La Policía Municipal ha tomado cartas en el asunto, persigue a los lateros y el Ayuntamiento ha puesto en marcha también la iniciativa 'Acción Botellón' para concienciar a los más jóvenes de los riesgos de esta actividad.

Los vecinos están hartos. El año pasado llegaron a presentar hasta 700 denuncias por una situación que necesita una solución urgente por parte del Ayuntamiento de la capital."Es algo endémico, se ha corrido la voz de que aquí todo vale, se puede beber hasta altas horas de la madrugada y la gente viene a pasárselo bien como un parque temático. Se creen que tras estas paredes no vive nadie detrás. Somos muy acogedores pero con las personas que vienen a cumplir la ley", explica un vecino.

En pie de guerra

Han instalado tres sonómetros que han alcanzado decibelios similares a los que existen en una zona industrial donde la normativa laboral obliga a los trabajadores a usar cascos. La plataforma SOS Malasaña reclama al Ayuntamiento el despliegue en el barrio de policías, cuya presencia puede disuadir al medio millar de personas que se concentran cada semana.

"No culpemos a los jóvenes, aquí hay muchos más senior montando murga hasta altas horas de madrugada con borracheras; los jóvenes normalmente tienen una economía mas escasa y se van rápido a casa. Los que vivimos aquí desde muchos años nos gusta la vida bohemia, nos gusta la vida de barrio que parece un pueblo. Sales y conoces al del kiosko, al panadero. La gente que viene de fiesta, vienen en un tiempo esporádico", indica sobre el llamado "turismo de borrachera" y si el ADN del barrio es la fiesta.

Perseguir a los 'lateros'

"Hay una serie de mafias que suministran latas y la gente dice para que me voy a meter en un bar si aquí en la calle me lo estoy pasando fenomenal. En el bar la caña me cuesta cuatro y en la calle me la están dando a uno", insiste el vecino, consciente de las facilidades que dan los 'lateros'. Entre las prioridades de la Policía Municipal se encuentra este problema.

El Ayuntamiento ha puesto en marcha también la iniciativa "Acción Botellón", desarrollada por Madrid Salud, un organismo que gestiona la política municipal en esta materia, incluidas las drogodependencias y otras adicciones. Trabajadores de este organismo recorren las zonas de ocio o las fiestas patronales de la capital y de los barrios, y hasta altas horas de la madrugada conciencian a los jóvenes de los riesgos del consumo de alcohol y de las consecuencias.

"Esto tiene que ser un plan de la Policía y del Ayuntamiento sistemático que diga, vamos a pasar constantemente no esporádicamente. Tienen que pasar continuamente y no solo un rato. Cuando hay ya 500 personas en la plaza es imposible desalojarlos. La solución es que se cumpla la ley", concluye el vecino.

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