Tamara Falcó toma ejemplo de Isabel Preysler y muestra su nueva imagen

Después de alzarse con el premio de un famoso concurso de cocina, Tamara Falcó, la hija de Isabel Preysler, tiene un motivo para lucir así de radiante y divina: el botox y el ácido hialurónico.

A sus 38 años, ha querido darle un aire nuevo a su imagen y se ha inyectado botox en la frente, en las patas de gallo y en las mejillas, todo ello para paralizar el músculo y evitar que se formen las temidas arruguitas.

También se ha infiltrado ácido hialurónico para rellenar los surcos más evidentes. Su aspecto ahora es el de un rostro descansado y rejuvenecido pero, ¿a qué precio? En De todo corazón tenemos todos los detalles.

La joven tiene buena maestra en esto de la cirugía: su madre Isabel Preysler, aparte de ser la reina de corazones, es la reina del bisturí, ya que su actual rostro poco tiene que ver con el que era antes.

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