Los chinos ya no son lo que eran. Y para bien, porque han salido de los bazares y las tiendas de alimentación para alcanzar una mayor integración. Y es que muchos de ellos se están dedicando a la hostelería más tradicional, la del bar de tapas de toda la vida. Muchos locales del centro son regentados por ciudadanos de origen chino, pero que llevan años en España, y en muchos casos ya pertenecen a segundas y terceras generaciones.
