Burgueño reconoce que ante el "caos" prestó atención sanitaria a las residencias

  • La doctora Mirthainés Castro, de la residencia Vitalia de Griñón, reconoce el "agobio" y la "impotencia" cuando les impedían derivar a los ancianos al hospital en el pico de la crisis sanitaria
Foto: REDACCIÓN |Vídeo: Telemadrid

Encarnación Burgueño, hija de un exdirectivo de la sanidad pública madrileña, ha dicho en la Asamblea de Madrid que durante la primera ola de la pandemia fue contratada de forma "verbal" por la Comunidad de Madrid para hacer un "estudio de campo" en las residencias y que ante el "caos" reinante su equipo prestó asistencia sanitaria a residentes.

Burgueño, titular de la firma Cardio Líder, ha comparecido este viernes ante la comisión de investigación sobre la situación provocada por la covid-19 en las residencias públicas, a petición de Unidas Podemos-IU.

La compareciente ha explicado que a partir de un proyecto que había presentado ante el registro de la Consejería de Sanidad fue contactada telefónicamente por el entonces director de Coordinación Socio-sanitaria, Carlos Mur, para ofrecerle una "parte" de los servicios que ella detallaba en su propuesta.

"En ningún momento la intención era medicalizar ni gestionar", ha dicho Burgueño, que ha explicado que con su firma (Cardio Líder) formó "una especie de UTE" (Unión temporal de empresas) con la empresa de ambulancias Transamed, de Eduardo Aragonés, que aportó tres unidades conformadas cada una por un médico, un técnico en emergencias sanitarias y un enfermero diplomado.

A este respecto Burgueño ha comentado que Transamed -cuyo director le "engañó"- contrató a médicos venezolanos "sin dar de alta", que nunca cobraron y que han demandado a la empresa por el mal trato que sufrieron durante los doce días que trabajaron, desde el 25 de marzo.

También ha explicado Burgueño que por utilizar lenguaje coloquial y "sin querer faltar al respeto de los enfermos", ella y sus socios de Transamed llamaron "Operación Bicho" al grupo de conversación establecido en una aplicación telefónica para comunicarse sobre temas de trabajo.

A preguntas de la diputada de Unidas Podemos Paloma García Villa, Burgueño ha dicho que el objetivo del contrato era conocer el estado de las residencias, el número de trabajadores y el estado de salud de los enfermos. "Y ya que se iba y había médicos disponibles por lo menos llegar allí y ayudar en lo que se pudiera, pero realmente era un estudio de campo", ha dicho Burgueño, quien ha confirmado que "sí daban asistencia sanitaria" a los residentes en los casos en que había médicos de baja o en residencias donde no tenía médico".

Según Burgueño -que ha dicho ser "auxiliar de enfermería" o "experta en gestión de proyectos sociales"-, en medio "del caos que había" en las residencias, los médicos de Transamed administraban, si había que hacerlo, oxígeno, suero o medicación de urgencia.

Ha descrito que entonces, hacia el final de marzo, había una "situación caótica" en las residencias, a algunas de las cuales "no había ido gente en diez días", y en algunas de las cuales había "cuerpos de fallecidos sin recoger".

Su labor, ha insistido, no era gestionar, sino "ver cómo estaban las residencias y las personas, si estaban en situación terminal, decidir a qué residencias se acudía en función de los datos comunicados por estas, o conocer el equipo de trabajadores sanitarios o de limpieza de cada residencia, información que ella enviaba cada noche al doctor José Luis Murillo, encargado de la coordinación.

Por otro lado, ha comentado que Mur le firmó un documento mediante el cual ella podía obtener de un banco dinero para adquirir material o combustible para los vehículos que luego abonaría la Comunidad de Madrid. Ha dicho que aportará a la Comisión los correos electrónicos que intercambió con Mur y con Murillo sobre estos asuntos.

Además, ha reconocido que ella "conocía" el protocolo para no derivar a personas mayores desde residencias a hospitales y que "los médicos que iban sabían perfectamente que no podían tomar decisiones más allá de una atención de urgencias", que eran tomadas por el geriatra del hospital al que correspondía la residencia.

La diputada socialista Purificación Causapié considera "gravísimo" que el Gobierno de la Comunidad de Madrid haya "mentido" al haber negado que tuviese los correos que Burgueño ha aceptado entregar y que, en su opinión, prueban "la relación entre Sanidad y Burgueño".

Por su parte, el diputado del PP Carlos Izquierdo ha querido aclarar que Burgueño no colaboró con Sanidad por mediación de su padre, Antonio Burgueño, que fuera el responsable del plan de externalización de hospitales en la Comunidad de Madrid, Antonio Burgueño.

La doctora Castro, de la residencia Vitalia de Griñón, reconoce el "agobio" y la "impotencia" cuando les impedían derivar a los ancianos al hospital en el pico de la crisis sanitaria

En la segunda comparecencia ante la comisión, la médico Mirthainés Castro, de la residencia Vitalia, de Griñón, ha expresado el "agobio" y la "impotencia" que sintieron en su centro cuando los protocolos sanitarios les impedían derivar a los ancianos al hospital en el pico de la crisis sanitaria, aunque siempre hubo comunicación "fluida" y diaria con el centro de salud y con el geriatra de enlace del Hospital de Parla.

La doctora Mirthaines Castro de Ponzo / REDACCIÓN
La doctora Mirthaines Castro de Ponzo |REDACCIÓN

Ha confirmado este viernes que el 20 de marzo recibieron por parte de la Comunidad de Madrid un protocolo con criterios de derivación hospitalaria específicos de usuarios de geriátricos, en el que se excluía a determinados dependientes o con ciertas patologías asociadas. A pesar de ella "no dejaba de llamar al 112 porque las circunstancias cambian", aunque finalmente tuvo que acatar dichas órdenes "y los protocolos se cumplieron".

La doctora ha aseverado que comunicó a los varios médicos del hospital de Parla, al que pertenece el geriátrico, que no le gustaba este protocolo, que no fue el único, y que llegó a plantear la posibilidad de llevar a residentes enfermos con su coche al hospital. "Me respondieron que pasarían dos días en una silla hasta ser atendidos. Al final no lo hice", ha relatado.

"No estoy de acuerdo con el protocolo y los manifesté, pero me dijeron que era un protocolo. Son decisiones difíciles de tomar. Somos humanos y cuando una persona llega a la etapa final de su vida es triste que no pudiera estar con sus familiares y que tú no podías hacer más nada de lo que has hecho", ha exclamado.

La compareciente ha confirmado que, en cambio, sí pudo derivar a hospitales a usuarios con seguro médico privado, alguno de ellos consiguió recuperarse del coronavirus y ha vuelto a la residencia. Y ha aseverado que hubiera hecho lo mismo si el resto de los pacientes hubiera tendido dicho seguro.

Castro de Ponzo ha reconocido que en el punto álgido de la pandemia, en la segunda quincena de marzo, fue "un momento difícil para conseguir cosas porque el caos era total". Así, llegó a pedir concentradores de oxígeno para sus pacientes y epis, que les mandaron del hospital de Parla y luego de la propia Vitalia.

La doctora ha defendido la actuación de este geriátrico de Griñón y de sus trabajadores. En este centro, que tiene una capacidad para 150 personas, solo murieron por Covid menos de 10 personas en ese periodo, ha avanzado. "En la residencia lo dimos todo, estuvimos sin dormir, al lado del familiar. En esos momentos estábamos agobiados, tristes, tuvimos sentimientos de impotencia. Aunque yo tenía una comunicación fluida con el hospital, comprendo que la situación era compleja. Yo seguí las indicaciones del hospital siempre. No sé si otros se pudieran podido salvar", ha expresado.

Castro de Pozo también ha explicado que tuvo que realizar el proceso de aislamiento de usuarios y la sectorización del centro sin tener PCR. "Hasta el día 28 ninguna prueba logró hacerse porque no las mandaban. Ese día yo cogí la baja por Covid", ha dicho.

A preguntas de los diputados, la doctora de esta residencia de Griñón no sabe si se podrían haber salvado más ancianos si hubieran contado con más medios o más derivaciones, pero quienes murieron en el centro lo hicieron en condiciones dignas. "No conocíamos la patogenia, la manera de cómo el virus actúa en el organismo. Fue un carrusel, una situación caótica. Un protocolo lo hace un experto o un grupo, no lo hago yo", ha dicho.

"Los protocolos son los pasos que tenemos que seguir ante una situación específica, pero van cambiando porque las situaciones porque van cambiando. Nos enfrentamos a un virus altamente contagioso y letal, que afecta a todo rango de edad. Pienso que la actuación la hicimos bien. Desde el punto de vista profesional cumplí y lo di todo y lo cumplí tal cual como debía haberlo hecho", ha concluido Mirthaines Castro de Ponzo

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