Sin mascarilla y sin distancia de seguridad. Así se une a sus seguidores el presidente de Brasil, en una multitudinaria manifestación en su apoyo; en la que llega, incluso, a abrazar a varios niños. Ello ocurre cuando Brasil es ya el segundo país del mundo con más contagios por coronavirus, con casi 350.000. Por detrás: sólo Estados Unidos, que ha prohibido, precisamente, la entrada de viajeros procedentes de Brasil por miedo a que se aceleren los contagios.
Quienes no parecen tener miedo son los asistentes a esta multitudinaria fiesta en una piscina del Lago de los Ozarks, en Missouri. Un país con más de 97.000 fallecidos y en el que su presidente, Donald Trump, ha vuelto a recibir críticas por jugar al golf en su club de Virginia, en medio de la pandemia.
Polémica también en Reino Unido, donde Boris Johnson ha mostrado su apoyo a su asesor, acusado de romper la cuarentena en varias ocasiones y para quien diputados de su propio partido piden la dimisión.
El virus sigue creciendo en América, sudeste asiático y Oriente Próximo, a un ritmo de 100.000 casos diarios en el mundo.
La noticia esperanzadora llega de la mano de la OMS, que ve cada vez más improbable una segunda ola importante de coronavirus. Piden, eso sí, mucha prudencia y sentido común en esta fase crítica de desescalada.
