La directora de la residencia Amavir-Alcorcón: "En 20 días murieron 30 mayores" en la primera oleada

Comisión de residencias en la Asamblea de Madrid. Esta mañana la directora de una residencia de Alcorcón denunciaba la negativa al traslado hospitalario de los ancianos enfermos durante los días más duros de la pandemia. En 20 días murieron 30 mayores. Por contra, el presidente de la patronal de Empresas de Servicios para la Dependencia AESTE dice que casi ningún geriátrico recibió protocolo de no derivación a hospitales.

La directora de la Residencia Amavir de Alcorcón, Lidia Sánchez, ha relatado esta mañana que durante la primera ola de la pandemia de coronavirus sufrieron "una guerra sin medios", la falta de derivaciones de residentes a los hospitales y ha insistido que las administraciones les pedían continuamente cifras sobre fallecidos y enfermos pero "nadie les preguntaba si necesitaban ayuda".

En la comisión de investigación sobre Residencias y Covid-19 de la Asamblea de Madrid, Sánchez ha contado el drama que vivieron en este geriátrico de 183 plazas, en las que murieron 30 mayores en el primer mes de la crisis sanitaria. Según ha recordado, el 9 de marzo cerraron el centro, como ordenó la Comunidad, y a partir del día 13 detectaron usuarios con afecciones respiratorias, pero el primer caso confirmado de coronavirus fue el 28 de ese mes porque no tuvieron hasta entonces acceso de PCR. "Ninguno era consciente de lo que verdaderamente venía", ha reconocido.

La directora de esta residencia de Alcorcón ha asegurado que pese a la gravedad de esa situación "no tuvo ningún contacto en ningún momento de las Consejerías de Políticas Sociales y Sanidad". Y critica que según el protocolo recibido el 21 de marzo tenían que aislar a los usuarios en función de su sintomatología pero no tenían test diagnóstico para ello.

Durante esas primeras semanas de pandemia, Sánchez ha manifestado que el personal pasó a trabajar 12 horas para atender todo lo que estaba ocurriendo y sin apenas libranzas y que contrató a más trabajadores de limpieza. Entre el 30% y el 35% del personal causó baja pero a duras penas pudieron reponerlas porque era difícil encontrar profesionales cualificados. "Contratamos personal que eran enfermeros pero no tenían la homologación. No vino ninguna persona externo de la Consejería, siempre llegó personal propio de nuestra empresa", ha respondido la compareciente a preguntas de la oposición.

Respecto a los equipos de protección individual (epis), la responsable de Amavir Alcorcón ha señalado que hasta principios de abril no empezaron a llegar.

Derivaciones

La interviniente en la comisión de investigación ha confirmado que no pudieron derivar a residentes enfermos a hospitales hasta el 31 de marzo. Desde ese día hasta el 8 de abril solo pudieron derivar a 7 personas y a partir de entonces no tuvieron problemas.

Sánchez también ha recordado que rechazaron la hospitalización de un residente de 75 años con Alzheimer moderado pero sin dependencia, siguiendo los supuestos protocolos dictados por aquel entonces por la Consejería de Sanidad. "Nunca me dijeron que fuera un borrador o un documento no oficial. Ni nos ofrecieron la posibilidad de derivarlos a Ifema o hoteles medicalizados", ha apostillado.

Tal fue su desesperación que el 9 de abril mandó un correo electrónico al hospital de Alcorcón avisando que mandaban ambulancias para recoger a sus residentes o pediría a las familias que los llevaron ellos mismos a Urgencias. Este correo surtió efecto y la geriatra les visitó presencialmente al día siguiente. "Hasta el email habían muerto 30 personas".

La directora de Amavir Alcorcón asegura que no pudo abrazar a sus hijo durante 70 días y que hay residentes que todavía no han podido hacerlo por las restricciones. Sin embargo, ha comprado tablets para facilitar la comunicación de los enfermos con sus familiares. "Siempre tuve claro que tienen derecho a saber lo que ocurría desde el minuto uno en ese centro", ha concluido.

"Casi ningún geriátrico recibió el protocolo de no derivación a hospitales"

Por el contrario, el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), Ignacio Vivas, ha asegurado este viernes que casi ninguna residencia de mayores de su entidad recibió alguno de los supuestos protocolos que impedían derivar a hospitales a usuarios con dependencias o diversas patología durante el punto más álgido de la pandemia del coronavirus, y ha apuntado que dichos protocolos solo llegaron a cuatro o cinco centros. "En ningún momento hubo instrucción al respecto que yo conociera. Las no derivaciones se decidían entre el médico de la residencia y el jefe de servicio en función de las mejores condiciones del paciente. A nosotros como grupo Ballesol no nos llegó ninguna", ha afirmado.

Vivas ha recalcado que las decisiones de ingreso o no hospitalario de residentes fueron "estrictamente médicas y en función de su supervivencia de vida". "Nosotros lo pasamos muy mal en las residencias pero del otro lado también fue muy duro", ha dicho.

A preguntas de diputados de la oposición, el interviniente ha respondido que se hubieran salvado vidas si se hubieran derivado a hospitales a todos los residentes contagiados, "pero en detrimentos de otras vidas, porque los recursos son limitados". "En pandemias, guerras y emergencias hay que tomar decisiones, en uno y otro lado. Lo tengo claro", ha manifestado.

Tras insistir algunos diputados, Vivas ha recalcado que desde su punto de vista personal, la actuación de derivación de hospitales fue en ese momento "la correcta" y que los llamados 'protocolos de la vergüenza' fueron una circular interna. "Hubo gente que se derivó y la familia nos pidió que volviera para que muriera a manos del auxiliar. Hubo protocolos de despedida en las residencias con familiares que no hubo hospitales. Si a mí me pasa con 96 años, que no me lleven a un hospital en la situación en la que estaban", ha exclamado.

El portavoz de esta patronal de residencias ha subrayado también que la coordinación que tienen con Atención Primaria ha sido "fluida y excelente", con la dificultades añadidas debidas a la "congestión del sistema". "Desgraciadamente no hemos podido salvar más vidas, pero la situación en esos momentos era la que era", ha apostillado.

El presidente de AESTE ha indicado que los centros dispusieron de medios ya avanzado la pandemia y que estuvieron tres o cuatro días con "cierto déficit" de equipos de protección individual (EPIs). "Nosotros creemos que la protección de los trabajadores es responsabilidad de las empresas, no de las administraciones. Lo primero que hicimos fue comprar material. Luego nos fueron aportaron EPIs de la Comunidad, pero no desde el Ministerio", ha dicho. "Nosotros no hemos reparado en gastos. La pandemia nos pilló sin tener conocimiento de lo que había. Y a esto no le veo más vueltas. Se tomaron medidas lo antes que se pudo, lo antes que se supo. Se intentó hacer todo lo mejor que se pudo. Nadie pensaba que esta pandemia iba a llegar. Yo no lo esperaba pese a que conozco el sector desde hace tiempo", ha afirmado.

Ignacio Vivas considera importante que la Comunidad cerrara al público los geriátricos casi una semana antes que la aprobación del estado de alarma, pero el virus "llegó antes a Madrid y Cataluña por los aeropuertos y cuando le vimos las orejas al lobo, el lobo estaba dentro". "Hubo residencias con el 100 por ciento de contagiados, y eso no depende de la gestión privada o pública, o que sean más grandes o pequeñas. Allí entraban las familias, porque son hogares. Y ha habido casos de familias que han contagiado a sus padres. Teníamos médicos y enfermeras, pero en muchos casos no se podía hacer nada aunque tuviéramos tres médicos mirando. No reparamos en medios en ningún momento", ha manifestado.

Vivas ha reconocido que tuvieron problemas puntuales para que las funerarias recogieran a tiempo los cadáveres, pero que sus centros cuentan con tanatorios refrigerados donde podían permanecer más tiempo. "Tuvimos algunos problemas porque las funerarias trabajaron a destajo en esa época muy complejo", ha dicho. El interviniente también ha reconocido que la Administración regional no les ofreció derivación de residentes a hoteles medicalizados o al hospital de Ifema, pero tampoco se la pidieron. Y concluye que, pese a todo, la Comunidad de Madrid puso todos los medios disponibles para luchar contra la pandemia en la primera ola de las residencias.

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