Toros: Feria de Íscar (parte 2)

  • Reses de Los Eulogios para los diestros: Juan José Padilla, Juan del Álamo y Román

El salmantino Juan del Álamo protagonizó una gran tarde de toros hoy en Íscar (Valladolid) al cortar dos orejas de su primer y malograr con la espada otra importante labor frente al quinto, en una función en la que Juan José Padilla y Román obtuvieron un apéndice cada uno.

Del Álamo se las vio en primer lugar con un toro noble, bajito de raza, pero manejable para que el salmantino lo toreara a gusto por los dos pitones en una labor templadita y reunida de series cortas, y aderezada con adornos como el cambiado por la espalda, el de pecho de rodillas y otros alardes como las manoletinas finales que mantuvieron el diapasón de su quehacer.

La estocada cayó de aquella manera, pero fue fulminante, algo crucial en este tipo de plazas para que la gente aflorara su pañuelo con tremenda alegría, tanta que le acabaron premiando con las dos orejas.

El quinto fue un toro que, pese a colocar muy bien la cara, le faltó fuelle para tirar hacia adelante. El que no echó el freno, sin embargo, fue Del Álamo, que sacó a relucir su versión más templada para robarle pases de muy buen trazo, largos y cadenciosos, sobre todo el natural, por donde enganchó muy bien a su antagonista en los vuelos para conducirlo con tremenda suavidad. Lástima la espada.

Pero qué buen momento atraviesa este joven torero de Ciudad Rodrigo. Da gusto verle. Ya lo pudieron apreciar la pasada semana en Azpeitia y hoy en Íscar ha vuelto a dejar una actuación para aficionados.

Padilla, que recibió el cariño de las peñas antes de arrancar la corrida, se estrelló con un primero muy descastado, sin apenas fuerzas, que apenas tuvo recorrido, ni humillación, además de pararse también enseguida. Tanto fue así que ni cogió los palos el jerezano, que no pudo pasar de voluntarioso en el último tercio, poniendo la chispa que le faltó a su antagonista.

En el cuarto salió a por todas Padilla, que esta vez si puso las banderillas después de haber dejado también una larga cambiada en el recibo y un quite por chicuelinas de manos bajas. No sirvió tampoco el toro en la muleta, muy agarrado al piso, y nuevamente tuvo que ponerlo todo el jerezano para llegar a la gente, que premiaron el esfuerzo realizado con un cariñoso y muy celebrado trofeo.

Al primero de Román, muy noble también, le faltó chispa y, sobre todo, un punto más de clase. Tuvo la virtud de la prontitud y la movilidad en los dos primeros muletazos, pero ya en el tercero se aburría y se frenaba. El valenciano anduvo muy dispuesto, tirando de él con firmeza y mucha seguridad, justificándose sobradamente.

Un final a base de circulares invertidos, molinetes, rodillazos y otros guiños entre los pitones acabaron de caldear el ambiente. Estocada al segundo envite, y oreja para él.

No pudo rematar con el remiso y deslucido sexto, con el que volvió a estar por encima de las circunstancias.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de Los Eulogios, de muy desiguales hechuras y de juego también dispar. Descastado y sin fuerzas, el primero; manejable, el segundo; sin clase, el tercero; manso y parado, el cuarto; con clase pero escaso fuelle, el quinto; y remiso y deslucido, el sexto.

Juan José Padilla, de verde esmeralda, oro y remates negros: estocada caída (silencio); y media trasera y atravesada (oreja).

Juan del Álamo, de tabaco y oro: estocada tendida y contraria (dos orejas); y dos pinchazos y estocada trasera y desprendida (ovación tras aviso).

Román, de grana y oro: pinchazo, y estocada trasera y atravesada (oreja); y casi entera tendida, baja y trasera (silencio).

En cuadrillas, Roberto Martín "Jarocho" y Javier Gómez Pascual saludaron tras banderillear al segundo.

La plaza registró dos tercios de entrada en los tendidos.

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