Después de 27 años de pontificado (el segundo más largo de la historia), Karol Wojtyla, el papa Juan Pablo II, falleció el 2 de abril de 2005. El primer papa polaco, también conocido como el "papa viajero", por los cientos de lugares que visitó durante el tiempo en el que fue jefe de la Iglesia Católica, murió a los 84 años en el Vaticano, tras días de agonía y años de un visible deterioro físico marcado por el avance del párkinson.
A pesar de algunas sombras que se cernieron sobre su pontificado, fue una figura clave durante la caída del comunismo, intentó acercar la Iglesia a los más jóvenes y mejorar las relaciones con otras confesiones, y en general fue un papa que recibió enormes muestras de cariño durante las visitas que realizó a 129 países.
Tras su fallecimiento, se activó el protocolo de elección del Sumo Pontífice y, tras dos días de cónclave, el 19 de abril hubo "fumata blanca": el principal candidato, el cardenal alemán Joseph Ratzinger fue elegido sucesor como primer ministro del catolicismo, y comenzó su pontificado con el nombre de Benedicto XVI.
Tras ocho años de papado, Benedicto XVI decidió renunciar a su ministerio de manera voluntaria, en 2013, de modo que se convirtió en el primer pontífice desde la Edad Media que dejaba el sillón papal antes de su fallecimiento. En la actualidad ostenta el título de Papa emérito y sigue viviendo en la ciudad del Vaticano dedicado a la oración.