A pesar de que a mediados de la última década los expertos dieron por finalizada la recesión económica que el mundo occidental venía sufriendo desde 2008, la principal secuela política no llegó hasta después. La protección de fronteras, el retraimiento de la economía hacia el localismo y en contra de la globalización, y sobre todo los mensajes políticos simples y directos lanzados a un público masivo dieron lugar al triunfo del populismo.
Y así, sendas campañas políticas muy viscerales, en muchos casos con la colaboración de injerencias externas y la generalización de las llamadas fake news, nos despertamos la mañana del 24 de junio con la tremenda sorpresa de que el Reino Unido había votado en referéndum a favor de la salida de la Unión Europa, y meses después, en noviembre, con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.