Cesc para Iniesta, Iniesta remata y ¡goooollll! La jugada ya se ha quedado en la retina de toda una generación. Un estallido de alegría, después de 118 minutos de tensión, que supuso el colofón de años de éxitos deportivos en muchas otras especialidades, pero que no acababan de materializarse en el deporte más popular.
Dos años antes, en la Eurocopa de 2008, España ganó el torneo asombrando al mundo con un juego brillante y efectivo que implantó Luis Aragonés en la Selección de los Casillas, Xavi, Iniesta, Silva, Villa o Torres. El relevo en el banquillo con Vicente del Bosque provocó algunas dudas en el arranque del Mundial de Sudáfrica, sobre todo tras la primera derrota contra Suiza y la falta de gol. Pero el equipo se repuso, comenzó a imponer su juego, y a pesar de las dificultades, se hizo con el trofeo en una final agónica ante Holanda. El país se echó a la calle para festejar la victoria y los jugadores fueron recibidos como héroes a su vuelta.
Los buenos resultados continuaron después en la Eurocopa de 2012. España se convertía en la primera selección que encadenaba tres grandes torneos por primera vez en la historia. Unos años dorados que jamás olvidaremos.