Metro de Madrid: refugio, vivienda y transporte durante la Guerra Civil Española
Nuestro suburbano desempeñó un papel fundamental para los madrileños durante la Guerra Civil (1936-1939).
Foto: Archivo |Vídeo: Telemadrid
Madrid fue una de las ciudades más atacadas durante la Guerra Civil Española. El bando sublevado, capitaneado por el general Francisco Franco, buscó conquistar la capital en el menor tiempo posible. De hecho, y tras el primer intento fallido, Madrid se convirtió en su gran obsesión pues, como bien sabía, su conquista sería determinante para la victoria de la guerra. Y así fue, pero este episodio no se produjo hasta abril de 1939.
Mientras tanto, y a pesar de que el gobierno central republicano se había exiliado primero en Valencia, posteriormente en Barcelona y, por último, acabaron huyendo a Francia; las tropas franquistas centraron todos sus esfuerzos bélicos en la capital. Las bombas caían del cielo, la metralla devastaba el resto y las batallas se sucedían a las afueras de la ciudad, como la de Casa de Campo o la de Ciudad Universitaria, entre muchas otras.
Miles de madrileños se quedaron en la calle. Sus casas habían sido reducidas a escombros y no les quedó más remedio que refugiarse en el Metro de Madrid, operativo desde que en 1914 el Rey Alfonso XIII inaugurara la primera línea. Durante los tres años que duró la contienda, desde 1936 a 1939, nuestro suburbano sirvió de “refugio, morada y transporte” para los madrileños. Aunque también se utilizó con fines bélicos, por parte del Ejército Republicano.
Aurora Moya, nos narra la historia más negra del Metro de Madrid: “Por las noches, durante los bombardeos, las personas se refugiaban en el metro y, a medida que avanzaba la contienda, muchas hicieron del metro su vivienda permanente porque sus casas habían sido destrozadas”. Además, buena parte de los madrileños que vivían a las afueras de la ciudad, encontraron en el suburbano una vía de escape. Se refugiaron en él. Habitaron en él. En definitiva, encontraron en los túneles del Metro una oportunidad de vivir.
“En Ópera se creó un centro sanitario", describe Aurora. "Cuando había una batalla, los coches de Metro trasladaban a los heridos a toda velocidad e iban con las luces apagadas hasta los hospitales. También hubo convoys que llevaban muertos”.
Durante los años que duró la Guerra Civil, el Metro de Madrid sufrió innumerables daños: “tuvo muchos percances por culpa de los obuses y de las bombas”. En especial, la zona centro: “Hubo muchos túneles destrozados. Sobretodo la zona de Sevilla, Sol y Atocha, que eran los puntos neurálgicos de la ciudad”.
El Ejército Republicano utilizó el metro como fábrica y depósito de munición
Si los civiles vieron en los túneles del metro un refugio contra las bombas, el Ejército Republicano lo concibió como un espacio seguro para fabricar y depositar el material bélico. De hecho, a lo largo de la red ferroviaria se crearon diferentes almacenes con toda clase de armamento.
El más conocido, debido a su trágico final en enero de 1938, fue el que estuvo ubicado entre las estaciones de metro de Lista y Diego de León. Aquí, el Ejército Republicano instauró su base de operaciones y cientos de trabajadores se encargaron de crear obuses y proyectiles para utilizarlos posteriormente en el campo de batalla.
Aunque no fue su único objetivo. También se concibieron para ser detonados si el ejército de Francisco Franco intentaba entrar en la capital.
La actividad en estos almacenes comenzó a desarrollarse a comienzos del año 1937 y sin ser realmente conscientes del peligro que suponían. De hecho, durante el año que el de Goya estuvo operativo, hubo una pequeña detonación que inundó de humo las estaciones de metro contiguas. Un aviso del que hicieron caso omiso y que acabó convirtiéndose en una ‘anécdota’ en comparación con lo que sucedería tan solo unos meses después.
En enero de 1938 una enorme explosión en este almacén de armamento devastó el subsuelo de Madrid. La onda expansiva afectó desde Manuel Becerra hasta Goya y las estaciones, como no podía ser de otra forma, quedaron totalmente inoperativas. Los edificios de alrededor también sufrieron algunos daños.
Una tragedia que podía haberse evitado si hubieran prestado atención a esa pequeña detonación que se produjo meses antes y que les avisaba de lo peligroso que era tener la fábrica y almacén de material bélico en el subsuelo. Desgraciadamente decenas de personas murieron bajo tierra.