Embarazadas, ya podéis comer sushi

Las embarazadas viven durante 9 meses un tiempo de ilusionante espera, pero también, por qué no reconocerlo, de trastornos de todo tipo, tanto físicos como emocionales y alimenticios. No abuses de esto o de aquello, lava bien las verduras, evita los alimentos crudos... en fin, un fastidio añadido para unas valientes que ya soportan estoicamente los cambios de peso y hormonales que conlleva el "feliz acontecimiento".

A la hora de sentarse a la mesa, y si los primeros análisis no dan "buenas noticias", la mayoría de encintas deben evitar las verduras crudas y la carne poco hecha puesto que estos alimentos pueden transmitir la toxoplasmosis, un trastorno que la mujer no percibe como algo más allá de los síntomas de un ligero resfriado, pero que puede provocar graves daños al feto en formación. Con el pescado pasa algo parecido; el producto en crudo (sushi, boquerones en vinagre, ostras, mejillones o marisco) y los ahumados pueden contener la bacteria llamada listeria o el más popular parásito anisakis.

Por todo ello, si ya es necesario andar con cuidado en casa, no digamos cuando salimos a un restaurante. Afortundamente algunos establecimientos son cada vez más sensibles a estas situaciones y se preocupan de estos detalles. En Madrid el restaurante Banzai (Espíritu Santo, 16 y Recoletos, 10) incluye en su carta platos de sushi "seguros" que se pueden degustar sin peligro de intoxicación. Rollos, gyozas, temakis, brochetas... productos todos cocinados que además se pueden acompañar de un buen vino blanco... sin alcohol, por supuesto. Además tienen servicio take away y envío a domicilio.

Mientras, 80 Grados (Manuela Malasaña, 10 y Mirallos, 4 -Las Tablas-) tiene una carta específica para embarazadas (también tienen otra para celíacos), muy parecida a la original, pero que remarca qué platos son aptos, e incluso algunos evitan determinados ingredientes para serlo. Entre su ofera, salmorejo, royal de foie (no recomendable en los cinco primeros meses de gestación), o minihamburguesas cocinadas precisamente a 80º y, por tanto, aptas para su consumo.