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Hace 30 años que se celebró por última vez una retrospectiva, en la Biblioteca Nacional de Madrid, sobre el artista noruego Edvard Munch.

A partir del 6 de octubre podremos disfrutar de la que promete ser una de las grandes exposiciones de la temporada debido a la ambición de su planteamiento y la procedencia diversa y dispersa de las obras expuestas. Se trata de"Edvard Munch. Arquetipos", una propuesta del Museo Thyssen-Bornemisza en colaboración con el Museo Munch de Oslo que ve la luz tras tres años de trabajo.

La muestra, que podrá verse hasta el 17 de enero de 2016, está integrada por 80 obras (54 pinturas y 26 grabados), la mitad procedentes del Munch Museet, y otras tantas de museos europeos y norteamericanos como el Nasjonalmuseet de Oslo, la Tate, el Städel Museum de Frankfurt, la Kunsthaus de Zúrich o el MOMA de Nueva York.

Comisariada por Paloma Alarcó, Jefe de Conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen-Bornemisza, y Jon-Ove Steihaug, Director de colecciones y exposiciones del Munch Museet, "Edvard Munch. Arquetipos" explora la aportación del pintor a la historia del arte moderno, que lo convierte en uno de sus padres junto a Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh.

La muestra Arquetipos abarca un amplio espacio cronológico de más de medio siglo, con obras que van desde 1881 hasta 1935. Y es precisamente esta dilatada horquilla temporal lo que refuerza la idea que sustenta la exposición: Munch trabajó a lo largo de su vida con ahínco una serie de asuntos sobre los que volvía una y otra vez.

La exposición pretende ahondar en nuevos puntos de vista en torno a la obra del pintor, dejando de lado el discurso cronológico, organizado por etapas, habitual en las retrospectivas de artista. Se trata más bien de acercarse a la extensa producción del pintor desde un punto de vista temático explorando los principales temas recurrentes de su producción, temas universales presentes a lo largo de toda su vida y obra que, sin embargo, serán tratados formal y técnicamente de maneras muy distintas en cada una de sus versiones.

La exposición se organiza en nueve espacios: Melancolía, Muerte, Pánico, Mujer, Melodrama, Amor, Nocturnos, Vitalismo y Desnudo. La muestra arranca en la sección melancolía con la quietud y luminosidad impresionista de los retratos de sus hermanas, con figuras melancólicas que miran lejos. La sección muerte presenta las múltiples versiones de "La niña enferma" sobre las que Munch trabajó hasta llegar a esa "Agonía" densa y expresionista. En la sección del pánico están las litografías y xilografías de "El grito", de "Ansiedad" y de "Pánico en Oslo".

El color vuelve al tratar el tema de la mujer, donde surgen las amenazadoras vampiras, que acaban desembocando en "Celos" y "Sorpresa", y en esa habitación de papel verde moteado que presta un fondo repetido en los cuadros que desarrollan el Melodrama. Amor recoge "el Beso" con el que Munch llega a la abstracción. En nocturnos van desapareciendo las figuras. Aún queda el vitalismo fresco y desnudos, el último bloque, que se cierra con "El artista" y su modelo mirando fijamente desde el lienzo.

Además de la repetición temática, casi obsesiva, y la idea de obra no concluida y siempre revisitable, la exposición pretende insistir en el interés de Munch por la experimentación técnica. Para ilustrar esta faceta se han incluido, además de óleos sobre lienzo, aguafuertes y xilografías, reivindicado la aportación de Munch al grabado.

En cada una de las divisiones temáticas de la exposición las obras de Munch aparecen acompañadas por breves textos extraídos de sus escritos. La muestra incluye la publicación por primera vez en castellano de una antología de sus escritos en "El friso de la vida". Se trata también de mostrar, de este modo, a un pintor cercano a la idea de la obra de arte total debido a su interés por la literatura, la fotografía e incluso el cine.

Pero más allá de estas cuestiones, el objetivo final de la exposición es romper con todos los estereotipos que durante las últimas décadas se han ido generando en torno a la vida y obra de Munch. Es indudable que al escuchar su nombre lo primero que se materializa en la mente es "El Grito" (Skrik, 1893), una de sus obras más autobiográficas.

Repetida en cuatro versiones, una de ellas batió el record mundial por la venta de una obra de Arte en una subasta en la célebre puja en Sotheby’s en 2012 (vendida por €91,033,826). Que el artista noruego es mucho más que "El Grito" es algo que esta exposición deja patente.

La exposición se complementa con diferentes actividades entre las que se incluyen un ciclo de cine, una obra de teatro y unas jornadas de arte.

Edvard Munch. Arquetipos

Dónde: Museo Thyssen Bornemisza

Paseo del Prado, 8. Madrid

Tel. 902 76 05 11

Cuándo: Del 6 de octubre de 2015 al 16 de enero de 2016

Horario: De lunes a viernes de 10:00 a 19:00; sábados de 10:00 a 21:00; domingos de 10:00 a 19:00

Precio: Entrada general: 11 euros, entrada reducida: 7 euros. Grupos a partir de 7 personas: 9 euros

www.museothyssen.org/