Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Cerca de la ribera del Manzanares se levanta la parroquia de San Antonio de la Florida. En su interior se encuentran las impresionantes pinturas al fresco que Goya realizó en el interior de la cúpula. Don Francisco reposa junto a sus pinturas.

Seguramente estaría feliz si lo supiera. Pero... ah, cosas de España, a nuestro Goya le falta la cabeza.

La historia de tan respetable cráneo es misteriosa y a la vez cómica. Cuando España pidió a Francia la devolución de los restos, los gabachos no enviaron la cabeza. Simplemente no sabían dónde estaba. Las teorías son muy entretenidas. Según una de ellas, el cráneo acabó en manos de un médico francés que quiso estudiar las medidas de la genial testa. En aquella época estaba muy de moda la costumbre de medir cráneos e intentar deducir la personalidad del finado.

Otra bonita teoría. Parece ser que el amigo de Goya, el también pintor Dionisio Fierros, tenía el cráneo de Goya en su casa. ¿Cómo creéis que usaba el cráneo? ¿Decorando la chimenea? ¿Lo usaban en casa para ensayar textos de Shakespeare? No. ¡Lo usaba de pisapapeles! Triste destino el de un genio cuyo cráneo sirve para que no se vuelen unos papeluchos.