El primer 'drone' madrileño
Se llama MicroB apenas pesa un kilo y su envergadura no llega al metro. Alcanza una velocidad crucero de 65 kilómetros por hora y tiene una autonomía de vuelo de 120 minutos. Lo fabrica la empresa madrileña Triedo, perteneciente al Grupo Revenga. Está fabricado con fibra de carbono y su montaje es rápido y sencillo, ya que se compone de seis partes que hay que ir uniendo. Lo último es seleccionar la conocida como "carga de pago" es decir la cámara que va a permitir captar imágenes. José María Martín, del departamento comercial de Triedo asegura que existen dos cargas de pago, la de visión de rango visible que se utiliza para para el día y la térmica que se usa para la noche o para detectar incendios.
Las aplicaciones de estos drones madrileños no son sólo militares, sino también civiles. El director general de Triedo, Rafael Orbe ha señalado a Telemadrid que "se pueden utilizar para fotografía aérea, para la detección precoz de incendios, cartografía, fotogrametría..." De hecho estos drones, que en el lenguaje técnico se llaman UAV o RPA los utilizan ya empresas del mundo forestal y constructoras. Según Orbe son muy útiles porque "reducen el nivel de incertidumbre de las ofertas que tienen que cubrir grandes extensiones de terreno gracias a que el UAV ha podido recorrer de manera anticipada por ejemplo cada uno de los trazados de una autovía".
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