Alcalá de Henares fue el gran plató de cine donde se rodó Espartaco. El Paseo de los Curas, la Puerta de Madrid, los Cerros de Alcalá, y también la Peña del Cerro de Colmenar Viejo se convirtieron, por obra y arte de la magia de Hollywood, en la Roma del siglo I a.C. para recrear la rebelión de los esclavos que hizo tambalear el poder de la República Romana y a punto estuvo de conseguir la libertad para los ciento veinte mil hombres, mujeres y niños que se enfrentaron al ejército más poderosas del mundo.
Stanley Kubrik llegó a España en 1960 con su no menos poderoso ejército de actores, técnicos, cámaras, productores, ayudantes de sonido.. y a punto estuvo de no hacerlo porque la película se había encargado a Anthony Mann. Pero éste se peleó con Kirk Douglas y el testigo pasó a Kubrik
Del guión se encargó Dalton Trumbo que adaptó la novela de Howard Fast. Este escritor era uno de los ‘Diez de Hollywood’, nombre que dio la prensa al grupo incluido en la lista negra de Hollywood durante el Macarthismo, por negarse a declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses que investigaba supuestas infiltraciones comunistas en las filas de Hollywood.
Kirk Douglas presionó para que el nombre de Dalton Trumbo se incluyera en los créditos y el 6 de octubre de 1960 ‘Espartaco’ se convirtió en la primera película con el nombre del guionista bien visible tras diez años de boicot (durante los cuales fue encarcelado, se exilió a México y tuvo que escribir con seudónimo), lo que contribuyó a cerrar definitivamente la lista.
En la proyección original se censuró una escena de dos minutos que ahora está considerada uno de los grandes momentos de la historia del cine. En aquel momento era inaceptable la sutil sensualidad que describe entre dos hombres y la abierta bisexualidad del personaje de Laurence Olivier (Craso) quien, mientras se da un baño, le cuenta a su esclavo Antonino (Tony Curtis) que su gusto incluye tanto “caracoles como ostras”.
La censura ofreció la posibilidad de dar el visto bueno a la escena si los ‘caracoles’ y las ‘ostras’ se cambiaban por ‘alcachofas’ y ‘trufas’ pero Douglas, perfectamente imbuido del espíritu de Espartaco, y al igual que hizo con la reivindicación del nombre de Trumbo, no cedió lo más mínimo.
Cuando la escena se recuperó en 1931, fue necesario reconstruir el sonido pero Laurence Olivier ya había muerto, así que su parte la grabó Anthony Hopkins, un gran imitador del actor.
‘Espartaco’ ganó seis Oscar, entre ellos el de Mejor Actor de Reparto (que se llevó a casa Peter Ustinov) y forma parte del AFI's 10 Top 10, lista de diez mejores películas de la historia del cine publicada por el American Film Institute.
Espartaco es, sin duda, una película que hay que volver a ver de vez en cuando y este domingo puedes hacerlo en Telemadrid a las 15:45.