Panorama "desolador" para las cenas de Navidad, más cancelables que nunca... incluso a coste cero
La incertidumbre se instala en la restauración y el ocio de Madrid, que afrontan con escasas reservas unos meses que suponen el 20% de su facturación anual
El sector calcula que podría desaparecer entre un 20% y un 40% de los bares y restaurantes si se decreta un nuevo cierre total
Junto a la inauguración del alumbrado, una de las primeras señales de que las Navidades se acercan son las cenas de empresa, cuya celebración comienza, según marca la tradición, a finales de noviembre y que suelen tener el fin de semana anterior a Nochebuena como preferido. También hay quien aprovecha el puente de diciembre para reunirse ya con los amigos a los que hace tiempo que no ve, son las otras reservas.
La incertidumbre creada por las restricciones para luchar contra la Covid-19 ha hecho que este año se retrasen las reservas, siendo escasas las que se han realizado hasta el momento. Los dueños de bares, restaurantes y locales de ocio nocturno de Madrid siguen cada día la evolución de la pandemia, de la que depende directamente la viabilidad de sus negocios.
Si las medidas de restricción impuestas en los últimos meses han mermado sus ingresos hasta el punto de que más de un establecimiento ha tenido que echar el cierre, prefieren no imaginarse el peor de lo escenarios, el de unas Navidades con los bares y restaurantes cerrados como en abril o, incluso, que el confinamiento se produzca en las semanas previas.
Intentando poner al mal tiempo buena cara, este año, y siguiendo la política de este verano del sector hotelero, muchos de los bares y restaurantes permiten reservar nuestra cena de navidad con la posibilidad de poder anular sin coste, recuperando la señal que demos.
En estas fechas tan señaladas
El calendario navideño español tiene a las cenas de empresas como preámbulo de unas fiestas que suelen comenzar oficialmente con el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad y que lleva a los afortunados a celebrarlo, además de en las administraciones de lotería agraciadas, en los bares cercanos. Una fecha, el 22 de diciembre, que supone el inicio de las vacaciones de Navidad para muchos que lo celebran con las tradicionales 'champanadas'. Ya el día 24, antes de la cena de Nochebuena es momento obligado de quedar con los amigos y familia y lo mismo el día 31.
La Nochevieja en Madrid se celebra de diversas maneras, en casa de amigos, en una sala de fiestas o macrodiscoteca e, incluso, hay quien se anima a comerse las uvas en plena Puerta del Sol, que esa noche se convierte en el centro de todas las miradas esperando que baje el carrillón del reloj de la Real Casa de Correos en el nuevo año. Otro plan es entrar en el año nuevo viendo una obra de teatro o musical y comerse a las doce de la noche las uvas con los actores.
Luego vendrá la noche de Reyes, que tras las cabalgatas llevan a más de uno a esperar a 'los Magos', en alguna discoteca o bar de copas, para encontrarse ya los regalos al llegar a casa mientras amanece.
En los últimos años, y si se quiere "huir" de las navidades y de la monotonía, los hay que deciden pasar estos días fuera de Madrid. Entre las opciones del turismo, unos van en busca del buen tiempo de las Islas Canarias, mientras que otros optan por acercarse a alguna capital europea o por un destino más exótico.
Gasto medio en cenas y fiestas
Rara es las empresa que no organiza en los días previos a la Navidad una cena que, según los sociológos, sirve de elemento no solo motivador para los empleados, sino también como una forma de agradecimiento por el trabajo realizado durante todo el año. También es una buena oportunidad de socializar con aquellos compañeros con los que a diario, quizá no se tiene tiempo de hablar o de conocer en otro ámbito que no sea el laboral.
Las empresas españolas se suelen gastar de media 90 euros en este tipo de cenas, aunque hay algunas que optan por organizar una fiesta más compleja que incluya algún espectáculo o entretenimiento en el que participen los trabajadores, lo que puede llevar la factura hasta los 150 o los 200 euros por persona.
En el supuesto de que la empresa no sea la que tome la iniciativa y que sean los propios empleados los que se encarguen de organizar y costear de su bolsillo la cena, el presupuesto suele ser mucho más reducido oscilando entre los 20 y los 60 euros. Incluso se suelen aprovechar las opciones de menús cerrados que ofrecen los restaurantes para estos días.
Lo mismo sucede en el caso de aquellas familias que deciden celebrar los días más señalados cenando o comiendo fuera de casa, una opción que en los últimos años ha ido aumentando su número de adeptos.
Por otro lado, las fiestas de 'Fín de año' y 'Reyes' suelen ser una importante fuente de ingreso para bares y discotecas, en las que suelen ser las noches más caras del año. El precio de los famosos cotillones oscila entre los 50 y los 300 euros. Incluso más.
Cuando quien reserva es la incertidumbre
La Covid-19 ha cambiado nuestra vida y también nuestros planes de cara a las Navidades, con una caída de las reservas que los dueños de bares, restaurantes y locales de ocio nunca habían visto.
Paco Quiros, cocinero con más de 30 años de experiencia y propietario del Grupo Cañadío, con cinco establecimientos en Madrid, aún así, prefiere ser optimista. De hecho a principios de octubre abría un nuevo establecimiento ,La Maruca, en pleno Paseo de la Castellana, que lleva el mismo nombre que el que el grupo tiene en la calle Velázquez. "En estos momentos ya está trabajando el 90% de nuestra plantilla, tras tener que hacer un ERTE, y el pasado puente del Pilar notamos una gran afluencia a nuestros restaurantes. Podemos decir que fue como en los meses anteriores a que comenzara la pandemia".
El cocinero y empresario cántabro reconoce, eso sí, las consecuencias que las restricciones están teniendo: "Adelantar el cierre de los restaurantes obliga a los clientes a tener que cenar a las 8, con lo que nosotros perdemos directamente el segundo turno, el de las 10. Esperemos que el número de contagios empiece a descender y de cara a Navidad podamos estar a pleno rendimiento con los dos turnos, ya que son las fechas más importantes del año en cuanto a facturación".
Menos optimista es Baldo Cubas, el encargado del restaurante-cervecería Santa Ana, que se encuentra en esta céntrica plaza de Madrid, en condiciones normales llena de turistas. "Las reservas a día de hoy son cero, cuando otros años por otras fechas, clientes habituales de Murcia, Asturias o Jaén, que suelen venir a Madrid por Navidad, ya habían llamado por teléfono. Lo mismo sucede con ingleses y alemanes. Si a ello sumamos que en los últimos meses la facturación ha caído un 80%, si abrimos es para cubrir gastos. El panorama es desolador", explica.
A la caída del turismo tanto nacional como el internacional en el centro de Madrid, Baldo también se lamenta de las limitaciones horarias fruto del estado de alarma: "Damos muchas menos cenas, por lo que de las doce personas que estábamos han vuelto al ERTE, cinco de ellas. Además, vemos que cuando cerramos, empieza el botellón en la plaza de Santa Ana, sin que la policía lo evite".
En otro punto de la capital, Eva Pascual, propietaria de Taberna La Dichosa, cerca del Centro Cultural Conde Duque, prefiere no pensar en el futuro, sino "simplemente subsistir". No tiene terraza, ni tampoco ha obtenido la autorización para poder instalarla en las plazas de aparcamiento que tiene en su puerta. "Están siendo meses muy duros y he optado por vender también comida a domicilio entre la gente del barrio. Tras cerrar los meses de verano porque no me salían las cuentas, este otoño no está siendo mejor y de cara a Navidad aunque sigan las limitaciones de aforo, no tendré otra que seguir. No me puedo permitir cerrar, por el coste económico y personal que ello supondría".
El Casino de Alcalá de Henares, uno de los sitios más conocidos para celebrar cenas de Navidad en este municipio, también está notando los efectos de las restricciones. "Aunque solemos tener lleno el salón tanto en el servicio de carta como en el del menú del día, la imposibilidad de poder realizar eventos de 150 o 200 personas, como otros años nos pedían grandes empresas, nos está perjudicando", nos cuenta su maitre, Alberto Sánchez.
Reservas de Navidad que este año todavía no se han producido en el restaurante Aderezzo de Getafe."Es verdad, que aquí en Getafe la gente lo suele dejar para más adelante, pero este año estamos, más que nunca todos a la expectativa de lo que pueda pasar", afirma uno de los empleados, Diego Medina.
Para intentar animar las reservas, en el centro de Madrid, el restaurante Ramses ha iniciado una promoción que permite pedir día y hora para nuestra cena de Navidad con la posibilidad de poder cancelar con coste cero. El presidente del Grupo Ramses, Jorge Llovet, recuerda que su establecimiento fue uno de los primeros en abrir, una vez que comenzó a levantarse el confinamiento de la pasada primavera. "Fue el 25 de mayo y lo hicimos después de adoptar estrictas medidas de seguridad e higiene. En todo este tiempo nuestra facturación ha caído cerca de un 70%, aunque lo que nos ha salvado es tener terraza", nos explica. " A menos de dos meses para las Navidades, las reservas están siendo muy floja, aunque somos totalmente flexibles en cuanto a la política de cancelación", asegura,
Este local, que se encuentra en plena Puerta de Alcalá, se veía hasta ahora beneficiado por ser el lugar de paso obligado por aquellos que nos visitan ."A nuestro restaurante venían muchos turistas tanto internacionales como nacionales, que ahora son prácticamente nulos. Por contra ahora viene más gente de Madrid", explica.
"El mes de noviembre va a ser decisivo de cara a las Navidades y, sobre todo, vamos a depender de las medidas que se adopten. No estoy en contra de un toque de queda, pero si se realiza que al menos se deje a la gente sociabilizar hasta las doce de la noche, porque sino estamos perdidos", añade.
Pesadilla antes de Navidad
Antonio Galán, el presidente de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración es pesimista. "Si siguen aumentando los contagios y se mantienen las restricciones impuestas podemos dar por perdida la campaña de Navidad".
El adelanto de la hora de cierre de los establecimientos está provocando más pérdidas: "Los españoles no estamos acostumbrados a cenar a las 8, y con vista a las navidades si continúa la limitación del aforo en interiores y del máximo de 6 personas por mesa, este año es complicado que se celebren así cenas de empresa", advierte.
Galán prefiere no imaginarse lo que supondría para el sector un cierre de bares y restaurantes, como el de la pasada primavera. "De repetirse podrían desaparecer entre un 20 y un 40% de los establecimientos". El presidente de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración recuerda un dato importante: "Es precisamente en Navidades cuando bares y restaurantes facturan el 20% del total anual, sin esos ingresos más de un negocio no es viable".
Fiestas de Fin de Año
La situación se agrava más en el caso de los locales de ocio nocturno, que el pasado verano se vieron obligados a tener que cerrar y que este año no podrán celebrar, por ejemplo, el tradicional cotillón de fín de año.
Tito Pajares, presidente del Círculo de Empresarios de Ocio Nocturno y Espectáculos de la Comunidad de Madrid, da por hecho que tampoco van a poder abrir en Navidades. "Otros años por esta época estaríamos preparando eventos y fiestas, pero ahora mismo estamos mas pendientes de ver cómo juridicamente podemos suspender el pago de la renta de los locales, ya que el 95% de los establecimientos del sector está en régimen de alquiler".
De mantenerse la actual situación, Pajares alerta de que sólo en la Comunidad de Madrid "30.000 puestos de trabajo estarían en peligro, a lo que habría que sumar a otros 11.000 autonómos madrileños que se dedican a la música y las artes escénicas".
"Hemos pedido que se nos permita poder abrir al igual que los teatros para poder desarrollar otras actividades en las pistas de baile como monólogos o espectáculos, lo que sería un salvavidas, pero las autoridades de momento no han respondido afirmativamente".
En definitiva, pocos se atreven a pronosticar si estas Navidades podremos celebrar con nuestros compañero de trabajo o nuestros familiares y amigos, las fiestas más especiales del año. Todo dependerá de la evolución del número de contagios de coronavirus, unas cifras que seguirán marcando tanto nuestro día a día, como nuestros planes de futuro.
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