Médicos introducen una sonda a un paciente Covid | Telemadrid.es
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Un informe presentado en Alzheimer's Association International Conference alerta de los efectos de esta enfermedad vírica sobre el Alzheimer. El estudio asocia la Covid con la disfunción cognitiva a largo plazo y la aceleración de los síntomas del Alzheimer.

Además de los síntomas respiratorios y gastrointestinales que acompañan a la Covid-19, muchas personas con el virus experimentan síntomas neuropsiquiátricos a corto y/o largo plazo, como la pérdida del olfato y el gusto, y déficits cognitivos y de atención, conocidos como "niebla cerebral".

Para algunos, estos síntomas neurológicos persisten, y los investigadores están trabajando para entender los mecanismos por los que se produce esta disfunción cerebral, y lo que eso significa para la salud cognitiva a largo plazo.

¿Cómo afecta la Covid al sistema nervioso central?

Lo que está claro es que aún existen muchos vacíos y preguntas sin respuestas sobre los efectos a largo plazo de la Covid.

Líderes científicos, entre ellos la Asociación de Alzheimer y representantes de casi 40 países (con la orientación técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS)) forman parte de un consorcio internacional y multidisciplinar para recoger y evaluar las consecuencias a largo plazo de la Covid-19 en el sistema nervioso central, así como las diferencias entre países. Los primeros resultados de este consorcio, presentados en la AAIC 2021 desde Grecia y Argentina, sugieren que los adultos mayores sufren con frecuencia un deterioro cognitivo persistente, incluida la falta de olfato, después de la recuperación de la infección por el SARS-CoV-2.

Los estudios revelan que la Covid-19 puede producir un deterioro cognitivo duradero e incluso síntomas de Alzheimer

Otros resultados clave comunicados en esta Conferencia Internacional son: Los marcadores biológicos de la lesión cerebral, la neuroinflamación y el Alzheimer se correlacionan fuertemente con la presencia de síntomas neurológicos en los pacientes de la Covid-19.

Los individuos que experimentaron un deterioro cognitivo tras la infección por COVID-19 eran más propensos a tener un bajo nivel de oxígeno en sangre tras un breve esfuerzo físico, así como una mala condición física general. "Estos nuevos datos apuntan a tendencias preocupantes que muestran que las infecciones por Covid-19 conducen a un deterioro cognitivo duradero e incluso a síntomas de Alzheimer", destacó Heather M. Snyder, PhD, vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Asociación de Alzheimer.

La necesidad de seguir investigando

Con más de 190 millones de casos y casi 4 millones de muertes en todo el mundo, la Covid-19 ha devastado el mundo entero. "Es imperativo que sigamos estudiando lo que este virus está haciendo en nuestros cuerpos y cerebros", se ha dicho durante la Conferencia Internacional.

El deterioro cognitivo se correlaciona con la pérdida persistente del olfato en pacientes recuperados de la Covid-19. Además, en muchos de los pacientes en estudio, se han detectado problemas persistentes de olvido y problemas adicionales de cognición, incluyendo el lenguaje y la disfunción ejecutiva.

Muchos de los pacientes del estudio presentaron problemas persistentes de olvido

Otros de los estudios ha demostrado que la infección por Covid-19 se asocia en algunos casos a un aumento de los biomarcadores de Alzheimer en la sangre. "Estos resultados sugieren que los pacientes que tuvieron Covid-19 pueden tener una aceleración de los síntomas y la patología relacionados con el Alzheimer", afirmó Wisniewski. "Sin embargo, se necesita más investigación longitudinal para estudiar cómo estos biomarcadores impactan en la cognición de los individuos que tuvieron Covid-19 a largo plazo".

Las peores puntuaciones en las pruebas cognitivas se correlacionaron con una mayor edad, perímetro de cintura y relación cintura-cadera. Tras ajustar por edad y sexo, las peores puntuaciones en memoria y pensamiento se asociaron de forma independiente con niveles más bajos de saturación de oxígeno durante la prueba de caminata de 6 minutos, que suele utilizarse para evaluar la capacidad funcional de las personas con enfermedades cardiopulmonares.