El año 2021 ha comenzado con un exceso de mortalidad de 8.307 vidas en España, según el Sistema de Vigilancia de la mortalidad diaria (MoMo), y que coincide en el tiempo con la consolidación de la tercera ola del coronavirus en el país. Esto quiere decir que, en lo que va de año, ya han fallecido un 21,7% de personas más que las estimadas para este período.
Entre el 4 de enero y el 1 de febrero, tiempo en el que se ha detectado el último período de exceso de mortalidad, se registraron 8.003 muertes confirmadas por Covid-19, según los informes diarios que publica el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. En el mismo tiempo, se ha detectado un exceso de mortalidad de 8.307 decesos.
Estas estimaciones de mortalidad esperada y sus excesos se realizan con las medias históricas basadas en la mortalidad observada de los últimos 10 años, de forma que se comparan las muertes de otros años del mismo período con las de la actualidad.
Teniendo esto en cuenta, se esperaban para el período comprendido entre el 4 de enero y el 1 de febrero un total de 38.198 muertes, pero han sido 46.505.
Por grupos de edad
El grupo de edad más azotado por el exceso de muertes es el de las personas de más de 74 años, que ha registrado 6.624 fallecimientos más de los esperados con un exceso del 23,5%. En segundo lugar, están aquellas personas entre los 65 y 74 años, entre los que se ha detectado un exceso de 1.036 muertes, un 20,6% más.
No obstante, los datos del MoMo también apuntan a un exceso de 600 decesos en la mortalidad entre los menores de 65 años, un 12% más.
Mediante el sistema MoMo, el Centro Nacional de Epidemiología estima los excesos de mortalidad por todas las causas. Es decir, el exceso no tiene por qué responder necesariamente a una sobremortalidad causada por el coronavirus, aunque influye notablemente.
En este sentido, las muertes confirmadas por coronavirus ocuparían el 96,3% del exceso de mortalidad registrado por el Sistema de Vigilancia de la mortalidad diaria, aunque hay que tener en cuenta que también puede influir en el exceso de mortalidad la saturación de los hospitales y las unidades de cuidados intensivos (UCI) o la reducción de los casos de gripe a consecuencia de las medidas de prevención de contagios de Covid-19.