Si te acercas ahora mismo al Mercado de San Miguel, justo al lado de la Plaza Mayor, te encontrará con un cartel en la puerta. 'Cerrado temporalmente'. Nadie en el interior vendiendo productor gourmet. Nadie preparando en cocina algún alimento. No hay clientes. De momento, el cierre es temporal.
El turístico mercado anunciaba hace unos días el cierre temporal debido a la situación generada por la crisis del coronavirus y a las restricciones aplicadas en la hostelería para frenar la expansión de la Covid.
"Dado que nuestra máxima es velar por la seguridad de todos nuestros empleados y clientes, permaneceremos cerrados hasta nuevo aviso", indican sus responsables en un breve comunicado difundido a través de las redes sociales.
Esperan, eso sí, "volver pronto", cuando la situación esté "más controlada", para poder seguir acercando "la mejor gastronomía española".
El Mercado de San Miguel, como casi todo, tuvo que cerrar a mediados de marzo con el estado de alarma pero volvió a la actividad el 1 de julio. Ha permanecido abierto así todo el verano.
Este mercado es uno de los mercados gastronómicos más concurridos de la capital y recibe cada año más de diez millones de visitantes. La caída del turismo por la crisis ha sido devastadora para los comerciantes de San Miguel.