Una de cada ocho personas infectadas desarrolla covid persistente
Así lo sugiere un estudio realizado por una veintena de investigadores neerlandeses y publicado este viernes en la revista ‘The Lancet’
Los investigadores encontraron que varios síntomas eran nuevos o más graves entre tres y cinco meses después de contraer la covid-19
Uno de cada ocho adultos (concretamente, un 12,7%) infectados con el virus SARS-CoV-2, que causa la covid-19, experimenta síntomas a largo plazo de esta enfermedad.
Así lo sugiere un estudio realizado por una veintena de investigadores neerlandeses, en su mayoría del Centro Médico Universitario de Groninga (Países Bajos), y publicado este viernes en la revista ‘The Lancet’.
Este trabajo ofrece una de las primeras comparaciones de síntomas a largo plazo tras la infección por covid-19 -a menudo denominado covid persistente- respecto de una población no enferma, además de medir los síntomas en individuos antes y después del contagio.
La inclusión de poblaciones no infectadas permite una predicción más precisa de la prevalencia de los síntomas de covid persistente, así como una mejor identificación de sus efectos principales.
“Existe una necesidad urgente de datos que informen la escala y el alcance de los síntomas a largo plazo experimentados por algunos pacientes después de la enfermedad de covid-19”, apunta Judith Rosmalen, de la Universidad de Groninga y autora principal del estudio.
Rosmalen añade que, “sin embargo, la mayoría de las investigaciones previas sobre el covid persistente no han analizado la frecuencia de estos síntomas en personas que no han sido diagnosticadas con covid-19 ni han analizado los síntomas de pacientes individuales antes del diagnóstico de covid-19”.
“Nuestro enfoque de estudio analiza los síntomas que se asocian con mayor frecuencia con la covid prolongada, incluidos los problemas respiratorios, la fatiga y la pérdida del gusto y/u olfato, tanto antes de un diagnóstico de covid-19 como en personas que no han sido diagnosticadas con covid-19.
Este método nos permite tener en cuenta los síntomas preexistentes y los síntomas en personas no infectadas para ofrecer una definición de trabajo mejorada para la covid persistente y proporcionar una estimación fiable de la probabilidad de que la covid-19 dure en la población general”, explica.
MARZO DE 2020 A AGOSTO DE 2021
Los investigadores recopilaron datos de cuestionarios ‘online’ sobre 23 síntomas comúnmente asociados con el covid persistente. Las preguntas se enviaron 24 veces a las mismas personas entre marzo de 2020 y agosto de 2021, lo que significa que los participantes que tenían covid-19 durante ese tiempo estaban infectados con la variante alfa del SARS-CoV-2 o variantes anteriores.
La mayoría de los datos se recopilaron antes del lanzamiento de la vacuna covid-19 en Países Bajos, por lo que la cantidad de participantes vacunados fue demasiado pequeña para analizarla en el estudio.
Los participantes se registraron como enfermos de covid-19 si tenían una prueba positiva o un diagnóstico médico de la enfermedad. De los 76.422 participantes, un total de 4.231 (5,5%) personas sondeadas que tenían covid-19 se hicieron 8.462 controles teniendo en cuenta el sexo, la edad y el tiempo de cumplimentación de los cuestionarios que indicaban un diagnóstico de covid-19.
Los investigadores encontraron que varios síntomas eran nuevos o más graves entre tres y cinco meses después de contraer la covid-19, en comparación con los síntomas antes de un diagnóstico de la enfermedad y con el grupo de control (no enfermo), lo que sugiere que estos síntomas pueden verse como los síntomas centrales de un covid persistente.
Los síntomas centrales registrados fueron dolor torácico, dificultad para respirar, dolor al respirar, dolor muscular, pérdida del gusto y/u olfato, hormigueo en manos/pies, nudo en la garganta, sensación alterna de frío y calor, pesadez en brazos y/o piernas y general cansancio. La severidad de estos síntomas se estabilizó a los tres meses tras la infección y no disminuyó más.
Otros síntomas que no aumentaron significativamente de tres a cinco meses después de un diagnóstico de covid-19 incluyeron dolor de cabeza, picazón en los ojos, mareos, dolor de espalda y náuseas.
"Estos síntomas centrales tienen implicaciones importantes para futuras investigaciones, ya que estos síntomas pueden usarse para distinguir entre la condición posterior a covid-19 y los síntomas no relacionados con covid-19", precisa Aranka Ballering, primera autora del estudio.
TRES MESES DESPUÉS
De los participantes del estudio que habían presentado datos de síntomas previos a la covid-19, los investigadores encontraron que un 21,4% (381 de 1.782) de los participantes positivos en la enfermedad, en comparación con un 8,7% (361 de 4.130) del grupo no enfermo, experimentaron al menos un aumento de los síntomas centrales de gravedad moderada al menos tres meses después de la infección.
Esto implica que, en un 12,7% de los pacientes con covid-19, los síntomas nuevos o gravemente aumentados tres meses después de la enfermedad pueden atribuirse a la infección por SARS-CoV-2.
Los autores reconocen algunas limitaciones en el estudio, que incluyó pacientes infectados con la variante alfa u otras anteriores del SARS-CoV-2 y no tiene datos de personas contagiadas con las variantes delta u omicron.
Además, debido a la infección asintomática, la prevalencia de la covid-19 en el estudio puede estar subestimada. Otra limitación es que, desde el comienzo de la recopilación de datos, se han identificado otros síntomas -la niebla mental, por ejemplo- como potencialmente relevantes para una definición de covid persistente, pero la investigación no analizó estos síntomas.
“La investigación futura debe incluir síntomas de salud mental (por ejemplo, depresión y síntomas de ansiedad), junto con síntomas posinfecciosos adicionales que no pudimos evaluar en este estudio (como confusión mental, insomnio y malestar). No pudimos investigar qué podría causar ninguno de los síntomas observados después de la covid-19 en este estudio, pero esperamos que las investigaciones futuras puedan informar sobre los mecanismos involucrados”, concluyó Rosmalen
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