En muchos países ya se cuenta con ellos. Son los rastreadores y corona-detectives. Unos buscan personas que potencialmente pueden dar positivo en Covid y las otras vigilan que no se cometan infracciones administrativas.
Siguiendo el modelo coreano, según el Observatorio Español de Internet (OEI), en España se contratarán rastreadores para localizar a positivos y a corona-detectives para la lucha contra el fraude o el cobro indebido de ERTEs.
Al menos es lo que asegura Francisco Canals, director de esta entidad, quien ha señalado que "la presión gubernamental se va desplazando de las cifras de fallecidos a poder rastrear de manera minuciosa cualquier pequeño infectado que siga sin control en la vía pública, una vez termine completamente la desescalada".
El rastreador y el corona-detective colaborará con la administración para ayudar a localizar en muchos escenarios diferentes a esos remanentes infectados, ante un hipotético y más que posible rebrote.
Países que ya cuentan con ellos
Ya hay países europeos que cuentan con estos 'nuevos puestos de trabajo'. Alemania ya dispone de 20 rastreadores por cada 100.000 habitantes, Inglaterra 18.000 y EEUU 17.000, además de Singapur, Corea, China, Bélgica, Francia y Reino Unido que también están empleando miles de corona-detectives que en muchos casos son personas del ámbito privado que colaboran codo con codo con las administraciones sanitarias.
Se trata de combinar los tests masivos con la vigilancia de contactos cercanos. Los rastreadores localizarían personas con Covid-19 y las pondrían automáticamente en cuarentena. Así se evitarían rebrotes al poner en cuarentena a los pocos positivos que "circulen sin control" tras la desescalada. "Su figura permitirá reducir de 15 días a solo 48 horas el tiempo de detección de un positivo", según ha asegurado el director del OEI.
El trabajo del corona-detective
Pero, ¿cómo lo harían? Estas personas podrían rastrear conversaciones en redes sociales, utilizar programas de peritaje informático que son capaces de analizar millones de conversaciones que revelen que alguien está infectado y se encuentra en otras casas.
Además, el corona-detective podría ser alguien que se confunde discretamente en las salas de espera, en las salidas o llegadas de aeropuertos, y en estaciones de tren o estaciones de autobuses en busca de personas que puedan mostrar síntomas visuales de que están contagiados por el coronavirus.
Canals ha insistido en que el Gobierno ya tiene aprobado un real decreto (apps y geolocalización móvil) para la cibervigilancia sanitaria y que puede ponerse en marcha si se producen potenciales rebrotes.