Inmunidad de rebaño, teletrabajo, estado de alarma... Los conceptos que aprendimos con la covid
Inmunidad de rebaño, teletrabajo, estado de alarma... Los conceptos que aprendimos con la covid | DOMINIO PÚBLICO
(Actualizado

Nunca fuimos tan conscientes de que en el fondo sólo somos una especie más en el gran zoológico que es la Tierra, como el día en que nos hablaron de inmunidad de rebaño.

¿Quién lo iba a decir? Nos habían dicho ‘creced y multiplicaos’ y lo hicimos. Lo hicimos tan bien que nos extendimos por todo el globo terráqueo sin olvidar una sola esquina, primero a pie y luego más cómodamente en vehículos de todo tipo, por tierra, mar y aire. Levantamos enormes y modernas ciudades que absorbieron toda la prole cuando nos multiplicamos y aprendimos a vivir muy pegados unos a otros.

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Incluso construimos un edificio de 838 metros de altura (en Dubai) y enviamos hombres fuera de la Tierra (a la Luna). Asumimos, sin ningún pudor, que el planeta era nuestro.

Teníamos inteligencia, creatividad, tecnología. ¿Qué podía salir mal?

Pues una entidad infecciosa tan tan pequeña que en 2021, en plena pandemia, el matemático Kit Yates dedicó un rato en la Universidad de Bath (Inglaterra) a echar cuentas y calculó que todo lo que se había extendido por el mundo (y eso eran unos dos trillones de partículas de virus) cabría sin problemas en una lata de Coca-Cola. Y ni siquiera estaba viva.

Nos recordó lo que ya nos había dicho Desmond Morris en 1967: que en el fondo el Homo Sapiens no es más que un ‘mono desnudo’ sin ni siquiera pelaje que le proteja.

El primer resultado fue que aprendimos un montón de palabras nuevas.

APLANAR LA CURVA

El objetivo era 'aplanar la curva'
El objetivo era 'aplanar la curva' | EUROPA PRESS

Conseguir ‘aplanar la curva’ de contagios y llegar a una ‘meseta’ con menos casos diarios nuevos era la manera gráfica de decirnos “parece que va escampando”, así que no nos costó mucho incorporar esta expresión a nuestras conversaciones para hablar con propiedad durante la pandemia.

Cada vez que la dichosa curva dejaba de correr hacia lo alto y emprendía un recorrido ‘horizontal’ soltábamos un suspiro colectivo (aunque también aprendimos a contenerlo un poco ante tanta montaña rusa de curvas con que nos obsequió el covid).

ASINTOMÁTICO

Los asintomáticos tenían el poder de no caer enfermos | DOMINIO PÚBLICO

En los tiempos del covid los asintomáticos eran los más afortunados, los más envidiados, la élite de la población. Todos queríamos ser asintomáticos.

Porque ellos tenían el superpoder de no caer enfermos. Podían tener el virus dentro de su cuerpo en grandes cantidades sin tener siquiera un mero dolor de cabeza.

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Pero contagiaban igual, así que también se convirtieron en los parias de la Tierra, aquellos cuya cercanía se evitaba a toda costa. No enfermaban ni parecían enfermos pero te pasaban el virus.

El problema fue que, salvo algún que otro caso aislado entre los de más edad, los únicos asintomáticos comprobados fueron las generaciones jóvenes. Y sobre ellos recayó el estigma de la culpa.

CORONA

Escultura de Coronavirus ubicada en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, México, desde antes de la pandemia de COVID-19 | Eduardo Ruiz Mondragón | WIKIPEDIA

Durante toda la pandemia, periodistas y autoridades pusieron en práctica uno de sus pasatiempos favoritos: utilizar la palabra de moda como prefijo para crear otras nuevas. El término ‘corona’ resultó un filón porque como prefijo encaja bien y es tan expresiva que no hace falta explicar nada más.

Para englobar a todos los términos que surgieron y dominarlos a todos cual anillo único se creó la palabra ‘coronolenguaje’.

La R.A.E acabó incluyendo estos términos. Pero no lo hizo en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), sino en el ‘Diccionario Histórico de la lengua española’(DHLE). Que no es lo mismo.

Ambos diccionarios tienen un propósito diferente, el DLE se considera el diccionario normativo de la lengua española, es decir es una guía práctica de uso cotidiano, mientras que el objetivo del DHLE es estudiar la historia y evolución del léxico español.

Muchas fueron las palabras que se crearon de esta manera, como ‘Coronabicho’,otra forma más descriptiva de nombrar al SARS-CoV2, o ‘coronafobia’ para designar el miedo al contagio que llevó a muchos a no querer ni salir de casa por si acaso.

CORONOAPLAUSO

Los afortunados que tenían casa con balcón o terraza salían al fresco y los que no, asomaban la cabeza por la ventana | EUROPA PRESS

Durante el confinamiento, cada tarde a las ocho en punto, los afortunados que tenían casa con balcón o terraza salían al fresco, y los que no asomaban la cabeza por la ventana, para homenajear a los sanitarios en su lucha contra el virus mediante un aplauso sincronizado y unánime que resonaba por las calles vacías de tráfico.

La idea nació en China y los primeros europeos en adoptar la costumbre fueron los italianos. En Madrid, los más imaginativos añadieron a los aplausos trompetas, vuvuzelas y otros cachivaches de hacer ruido. Era, además, una ocasión que se aprovechaba para saludar a los vecinos y gritarse de una ventana a otra las novedades de cada casa.

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Como fin de fiesta muchos cogieron la costumbre de entonar, a voz en grito, la canción que se convirtió en himno de la pandemia, la famosa ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico. Los autores de la canción cedieron los derechos a la Comunidad de Madrid para ser utilizada en campañas institucionales durante el estado de alarma.

CORONIALS (Y CUARENTENIALS)

También se les conoce como ‘cuarentenials’ | EUROPA PRESS

Si llamamos ‘milenials’ a la generación que se hizo mayor al cambiar el milenio y hay quien llama ‘cenntenials’ a la generación siguiente (los ‘Zetas’), a los bebés que nacieron o fueron concebidos durante la pandemia, en especial durante el estado de alarma, se les llamó llamó ‘coronials’ o, incluso, Generación C’ (Gen C).

Los coronials son una especie de subsección de la ‘Generación alpha’ (los nacidos entre 2010 y 2020). También se les conoce como ‘cuarentenials’, término que incide en la manera en que sus padres aprovecharon la cantidad de tiempo libre extra que proporcionó el confinamiento. Aunque también hay que decir que nueve meses después no se dio el ‘baby boom’ esperado, de lo que se concluye que, entre videollamadas, elaboración de pasteles, coronoaplausos y subir vídeos a las redes sociales, los adultos no tuvieron mucho tiempo libre.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en durante todo el 2020 nacieron 339.206 niños en España. Durante el 2021 nacieron 336.811 (un 1,3% menos)

CONFINAMIENTO

El músico David Pont toca desde su balcón | EUROPA PRESS

Para algunos una pesadilla, para otros la mejor época de su vida, el confinamiento fue en todo caso una época de descubrimiento y aprendizaje.

Hubo quien aprendió a disfrutar más de la vida en familia, quien aprendió a pedir prestado el perro al vecino como excusa para salir a la calle, quien descubrió insospechadas habilidades pasteleras y también quien asumió que a todo el vecindario le gustaba su música y para hacer un bien social sacó la batería, guitarra eléctrica, la trompeta o los altavoces, al balcón. Otros aprendieron a hacer pan.

¿Recuerdas lo que podías y no podías hacer durante el confinamiento de 2020?

Algunos lo pasaron mal y otros descubrieron las virtudes de una vida sin compromisos sociales. Para todos fueron 98 días inolvidables sin salir de casa más que para ir a comprar comida a un supermercado con las estanterías del papel higiénico vacías.

COVIDIOTA

Control de policía durante el confinamiento | EUROPA PRESS

Con el término Covid pasó más o menos lo mismo que con ‘corona’. Se convirtió en prefijo . Pero el término que más triunfó fue covidiota.

Según el Diccionario Histórico de la RAE (DHLE), ‘covidiota’ es aquellas “persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio de la covid”. Eran aquellos que con su conducta irresponsable ponían en riesgo la salud de los demás.

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Fueron llamados ‘covidiotas’ aquellos que se escaparon de confinamientos y cuarentenas, los que asistieron u organizaron fiestas o reuniones ilegales, incluso los que, más tarde, se negaron a realizarse test de antígenos para participar en encuentros deportivos o asistir a encuentros familiares.

Durante el estado de alarma despertaron la ira de los que se quedaban en casa, muchos de los cuales se convirtieron en ‘policías de balcón’ a la caza de cualquiera que pasara bajo su ventana y les pareciera sospechoso, normalmente sin comprobar si la persona en cuestión era un enfermero camino de su trabajo.

CRIBADOS

Cribado covid | EUROPA PRESS

La palabra ‘cribado’ se coló en todas las informaciones durante los años de la pandemia. En medicina es una estrategia que se utiliza para identificar enfermedades antes de que se manifiesten.

Durante los años del covid las autoridades sanitarias realizaron infinitos cribados entre la población con el fin de identificar a personas contagiadas antes de manifestar síntomas y ponerlos en cuarentena para evitar que extendieran el virus entre sus allegados o amigos.

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Se hicieron pruebas PCR, test... y en muchos casos el cribado se ejecutaba con rápidos pases de termómetro por la frente para comprobar la temperatura corporal. Se realizaba en centros sanitarios, pero también en aeropuertos, colegios y cualquier otro lugar masificado. Podía completarse con más pruebas o un cuestionario de salud.

CUARENTENA

Haciendo pan en casa | EUROPA PRESS

Hasta el año 2020, la ‘cuarentena’ era algo que, por eso del discurrir normal de la vida, le ocurría a todo aquel que se despedía de los 39 años para entrar en la siguiente decena y cruzar la frontera de lo que, tradicionalmente, se ha considerado la mitad de una existencia media. Esto, según los psicólogos, puede provocar crisis y depresiones y llevar a que uno se sienta mayor sin ser consciente de que veinte años después lo daría todo por volver a esa edad.

¿Qué cambió la pandemia? Que la cuarentena nos llegó a todos a la vez.

Y entonces recordamos que ‘cuarentena’ también significa, según la R.A.E, “asilamiento vigilado a que se somete a una persona o cosa (sí, cosa, la R.A.E. dice ‘cosa’) enfermas o posibles portadoras de enfermedad, durante un período de tiempo, para evitar contagios”. Y lo vivimos en nuestras propias carnes.

DESESCALADA

La desescalada nos dejó muchos memes | @ADRIMIERCOLES

Todo lo que sube baja y todo lo que escala, tarde o temprano desescala. Una vez que el minúsculo virus mutó lo suficiente para hacerse menos dañino, buena parte de la población estuvo vacunada, aprendimos a tratar la enfermedad y asumimos que nunca iba a desaparecer del todo de nuestras vidas, comenzó la ‘desescalada’.

El 28 de abril de 2020 se anunció el ‘Plan de desconfinamiento de España’ que tenía 4 fases y provocó no pocos memes. Su objetivo era recuperar progresivamente eso que generalmente se llama ‘normalidad’, para lo cual se establecieron medidas como la reserva de franjas horarias para permitir salir a la calle a los ciudadanos por grupos de edad.

Desescalada fue una palabra muy grata para los extrovertidos. No tanto para los introvertidos.

DISTANCIA SOCIAL

Señalización especial en Gines (Sevilla) para mantener la distancia social | EUROPA PRESS

Seguro que a más de un introvertido le costó contener la emoción cuando la expresión ‘distancia social’ se fue extendiendo y más cuando las autoridades nos dijeron que no debíamos tener otro ser humano a menos de dos metros. Poca distancia debió parecerle a algunos.

No obstante, esto no podía prosperar en un país tan besucón como España, así que aprendimos a saludarnos ‘entrechocando’ los codos lo que, además, requería cierto grado de puntería y destreza. Posiblemente una de las imágenes más insólitas de la pandemia.

EPI

Los sanitarios tuvieron que usar incómodos trajes durante horas y horas | DOMINIO PÚBLICO

La pandemia también nos enseñó que en la vida real también existen, y de hecho se usan, esos trajes con que el equipo de vestuario y maquillaje viste a los actores en las películas de pandemias, vertidos tóxicos o similares. Nos habituamos a ver a médicos y sanitarios enfundados en una especie de monos de plástico de la cabeza a los pies de manera que apenas les asomaban los ojos y sólo a través unas gafas transparentes de protección.

Aprendimos que esos trajes se llamaban EPI (Equipo de Protección Individual) y que eran imprescindibles para proteger la salud de los sanitarios. También aprendimos que, mientras ellos eran capaces de portar trajes tan incómodos durante horas y horas para salvar la vida de los demás, a una parte de la población se le hacía muy ‘cuesta arriba’ llevar una simple mascarilla.

ESTADO DE ALARMA

Calle Santa Engracia de Madrid el 13 de Abril de 2020 | EUROPA PRESS

Sí, sabíamos que existía algo llamado ‘estado de alarma’ previsto por la Constitución pero era una de esas informaciones que almacenamos en el rincón más inaccesible del cerebro, aquel donde se ‘guarda’ la información etiquetada como ‘Cosas que no van a pasar nunca y si pasan no será aquí porque es una cosa muy mala’

Pues sí pasó. Y no fue la primera vez.

Tras la Constitución de 1978, fue el de José Luis Rodríguez Zapatero el primer gobierno español en decretar este régimen excepcional que permite limitar los derechos de los ciudadanos por emergencias que alteren el discurrir normal de la vida de un país. El motivo: la huelga de controladores de 2010 que produjo un cierre aéreo durante los días 3 y 4 de diciembre.

El segundo estado de alarma fue decretado por el gobierno de Pedro Sánchez el 14 de marzo de 2020 para intentar contener la epidemia de covid (ver confinamiento)

FFP1-2-3

Fabricación de FFP2 en las instalaciones de la sede de Temaer Hospitalaria, S.A., en Pinto, Madrid | EUROPA PRESS

Otro conocimiento extra que añadió a nuestras vidas la pandemia de covid fue que existen muchos tipos de mascarillas.

Así aprendimos que hay mascarillas de protección con filtros de partículas (con diferente grado de protección), mascarillas autofiltrantes contra partículas (que pueden ser FFP1, FFP2 y FFP3), mascarillas de protección quirúrgica (las que utilizan los médicos en quirófano pero que para el covid protegen más bien poco), mascarillas de protección dual, de protección higiénica… que había algunas con válvulas, otras con forma de ‘pico de pato’...

Bueno, quizá no aprendimos tanto como todo esto, pero sí conseguimos diferenciar las FFP1, FFP2 y FFP3 (o, por lo menos, las FFP2 de las mascarillas higiénicas).

Las que más filtraban y filtran son las FFP3 (98%) pero nunca las llegamos a ver como tampoco vimos apenas las FPP1 (78%), así que las que más usamos fueron las FFP2 (92%) que eran mucho mejores que las mascarillas higiénicas porque estas tenían los agujeros demasiado grandes para un virus tan pequeño como el SARS-Cov- 2.

También descubrimos que la capacidad de filtración de una mascarilla es inversamente proporcional a la facilidad para respirar a través de ella. Y muchos descubrieron que si eres mañoso te puedes hacer en casa unas preciosas con cualquier tela. El nivel de filtrado ya es otra cosa. Pero en tiempos de penuria todo vale, así que nos acostumbramos a llevar cualquier mascarilla y a ver muchas narices asomando encima de ellas.

GRIPE ESPAÑOLA

Policías con mascarilla durante la mal llamada pandemia de 'gripe española | EUROPA PRESS

Cuando se constató que lo del covid era una pandemia global, todo el mundo miró hacía atrás para buscar la última ocasión en la que habíamos vivido algo semejante. Y nos recordaron la mal llamada epidemia de ‘gripe española’ que hizo aún más difícil la vida en 1918, cuando la Primera Guerra Mundial daba sus últimos coletazos.

El paciente cero fue un hombre de Estados Unidos que en algún momento sufrió una mutación del virus de la gripe A. Con tanto movimiento de tropas de una lado a otro se extendió rápidamente. Se calcula que murieron entre 50 y 100 millones de personas.

¿Por qué se llamó gripe española si ni siquiera se había originado aquí? Porque España no participaba en la guerra y la información sobre la enfermedad no se censuró, así que fue el lugar donde los periódicos dedicaron más espacio a informar sobre ella.

INMUNIDAD DE REBAÑO

Una pareja hace lo que puede para darse un beso durante un concierto de 'Love of Lesbian' durante la pandemia | EUROPA PRESS

Fue posiblemente la expresión que más crudamente nos enseñó que para salir de la pandemia dependíamos unos de otros.

El concepto ‘inmunidad de rebaño’ fue repetido sin cesar por autoridades y expertos para que entendiéramos que sólo podríamos vencer al virus si un número suficiente de individuos adquiría inmunidad frente a él, bien por haberse vacunado o bien por haber pasado ya la enfermedad, lo que frena la transmisión del virus incluso para aquellos que ni enferman ni se vacunan.

En el caso del sarampión se calcula que para mantener la ‘inmunidad de rebaño’ que ya tenemos es necesario que esté vacunada entre el 90 y 95% de la población.

En el caso del Covid-19 los expertos no se han puesto de acuerdo. Sobre todo porque mutó en muchas variantes cada una de ellas con mayor capacidad de transmisión que la anterior y, además, tanto las vacunas como la enfermedad sólo inmunizan durante un tiempo.

INCIDENCIA ACUMULADA

Una sanitaria recoge test de covid | EUROPA PRESS

En los tiempos del covid las siglas IA no nos remitían a ChatGPT, ni a Grok, ni a Copilot ni a Gemini, ni a cualquier otro sistema o tecnología capaz de llegar a conclusiones por su cuenta.

En los tiempos del covid, las siglas IA nos remitían al número de casos nuevos de cada día, la proporción de ciudadanos que se habían puesto enfermos. Era la cifra que, periódicamente, la autoridad competente desvelaba en rueda de prensa, la cifra más codiciada por los periodistas y la que nos daba una idea de lo mal (o bien) que estaba la pandemia.

En el pico de la sexta ola, en enero de 2022, y por obra y gracia de la variante conocida como Ómicron, en España llegamos a tener una Incidencia Acumulada de 3.418 casos por cada cien mil habitantes.

PACIENTE CERO

Sanitarios atienden a un paciente | EUROPA PRESS

El origen de todo. El primero que enfermó. La persona más buscada durante la pandemia para escrutar todos y cada uno de sus movimientos en un intento por contener el virus o, por lo menos, establecer un patrón de dispersión y contagio tras conocer los lugares por donde se paseó antes de ser identificado,

En España el paciente cero fue un sevillano llamado Miguel Ángel Benítez, un empleado de banca de 62 años que mantuvo una reunión de trabajo en Málaga con un compañero que había tenido contacto con una familia de China. Hoy está felizmente jubilado.

RASTREADORES

Rastreadores del Ejército | EUROPA PRESS

Fueron algo así como los detectives de la covid. Profesionales encargados de ‘rastrear’ y localizar a toda aquella persona que hubiera estado en contacto con un enfermo e imponerles los protocolos de contención. Seguían el rastro mediante pruebas, ponían en cuarentena a los sospechosos y se aseguraban, mediante llamadas de control, que cumplían el aislamiento

SARS-CoV- 2

Así es el SARS-Cov-2 (micrografía electrónica) | EUROPA PRESS

La palabra más aterradora de toda la pandemia fueron unas siglas: SARS-CoV-2. El nombre del virus que nos doblegó.

SARS son las iniciales de Severate Acute Respiratory Syndrome (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) que era algo que ya se conocía; CoV, significa coronavirus (el tipo de bicho) y lo del 2 vino porque ni siquiera era el primer virus de su especie que nos sacudía.

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Ya teníamos un SARS-CoV que apareció por primera vez en 2002 (también en China) y aunque no llegó a causar pandemia global sí se extendió por numerosos países y causó muchas muertes. Fue el primer coronavirus al que nos enfrentamos. Después llegó la versión 2 que resultó mucho más letal y con mucho más poder de propagación.

En definitiva SARS-CoV-2 significa ‘coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo’

TELETRABAJO

Una mujer en teletrabajo | ARCHIVO

No todo lo que nos trajo el covid fue negativo. Aunque nos encerró en casa, también nos mostró que otra vida es posible al ayudarnos a conciliar vida laboral y familiar mediante el sencillo método, que muchos aún añoran, de trabajar desde casa.

Parecía difícil pero se demostró que era posible. Y muchos expertos dijeron que había llegado para quedarse, en una clara infravaloración de lo que es el poder persuasivo de cualquier jefe en cualquier empresa.

¿En qué ha quedado el teletrabajo cinco años después de la pandemia?

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el teletrabajo pasó en España del 4,8% en 2019 a un 20% en el 2020. Al relajarse las restricciones, en 2021, la cifra bajó al 14-15%. Tras la pandemia se pasó a un modelo híbrido con días de trabajo presencial.

Según el INE, en 2024 trabajaron en remoto en España unos 3 millones de personas, tanto en teletrabajo habitual como de manera ocasional (7,6% de lo trabajadores).

ZOOMPLEAÑEROS

Los festejos pasaron a celebrarse por zoom | EUROPA PRESS

Según la pandemia cumplía años nosotros también y, como era peligroso juntarnos para comer tarta, el soplado de velas pasó a ser virtual (sobre todo durante el confinamiento) y se hizo a la manera en que se realizaban las reuniones en aquellos tiempos: mediante videollamada comunitaria. Técnica ésta que lo mismo te resolvía una reunión con tu jefe que la llamada semanal a tu madre.

Antes de la pandemia de covid plataformas como Skype, Face Time y Google Hangouts ya eran populares, pero su uso era ocasional. La pandemia marcó un punto de inflexión y plataformas como Zoom, Microsoft Teams, Google Meet y WhatsApp tuvieron un crecimiento explosivo. No se habían visto en otra.

Sobre todo Zoom, que pasó de 10 millones de usuarios diarios en diciembre de 2019 a más de 300 millones en abril de 2020.

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Después de la pandemia el uso de videollamadas no volvió a niveles anteriores. Habíamos descubierto su comodidad y el tiempo que ahorraban así que las incorporamos a nuestras vidas. Las reuniones, las clases a distancia y las entrevistas en televisión vía Skype, se volvieron cotidianas.

Zoompleañeros fue otra palabra más que añadimos al diccionario covid. Hay que reconocer que el despliegue de creatividad fue tan enorme en este aspecto que, aunque muchos términos son específicas de los tiempos del SARS-CoV- 2, si viene otra pandemia (esperemos que no) ya tenemos mucho trabajo adelantado.