La vuelta a la normalidad en la Comunidad de Madrid con el fin del estado de alarma ha facilitado que muchos madrileños regresen físicamente a sus puestos de trabajo. Hasta ahora, miles de empleados venían desempeñando su labor, siempre que el trabajo lo permitiera, desde sus hogares. Y parece que la experiencia, que llegó de improviso por la crisis del coronavirus, ha llegado para quedarse.
Al menos es lo que desean el 62,9% de los madrileños, que se muestran partidarios del teletrabajo siempre que la actividad lo permita. Es el dato que se desprende de la nueva oleada de MadriData, la encuesta de Sigma Dos para Telemadrid, que ha planteado preguntas a 1.600 entrevistados sobre la situación política y social tras los peores meses de la epidemia.
Según la encuesta, a un 15,7% le parece bien la solución del teletrabajo, pero solo en días puntuales. Mientras que sólo el 17,5% de los consultados prefiere el trabajo presencial. La opinión es generalizada, con pocas diferencias entre sexos y entre franjas de edad, aunque el segmento de entrevistados mayores de 65 años se muestra algo menos favorable a la opción del trabajo virtual.
En este sentido, un reciente informe de CaixaBank Research sostenía que uno de cada tres españoles podría trabajar desde casa. Y es que el confinamiento ha impulsado la implantación de métodos de trabajo desde el domicilio.
Preocupación por las medidas de seguridad
En todo caso, la vuelta al trabajo en general despierta inquietud. Cerca del 60% de los encuestados muestra mucha o bastante preocupación por el cumplimiento de las medidas de seguridad en el trabajo ante la vuelta a la actividad normal.
Según los resultados de la encuesta, sólo un tercio de los entrevistados muestra poca o ninguna preocupación en este aspecto.
Las empresas han tenido que adaptarse a la carrera a la "nueva normalidad" con la aplicación de medidas preventivas como la instalación de mamparas o sistemas de separación para que los trabajadores mantengan la distancia de seguridad, o la toma de temperatura, entre otras. De hecho, los meses de paralización económica dejan tras de sí un rastro de incertidumbre: más de la mitad temen perder el empleo y ocho de cada diez no descartan una bajada o congelación de salarios.