Entierro | EFE
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Los registros civiles madrileños observaron entre el 10 de marzo y el 11 de abril, en plena gran crisis sanitaria del coronavirus, un total de 12.183 fallecimientos por todas las causas en la región, cuando en este periodo se había estimado 3.752 en condiciones normales, por lo que son 3,24 veces más de lo normal. Así lo ha publicado este lunes el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, del Instituto de Salud Carlos III adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, que utiliza la información de mortalidad por todas las causas que se obtiene diariamente de 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93 por ciento de la población española y que incluye todas las provincias.

Por sexo, 6.184 muertes fueron de hombres, cuando las que estaban estimadas eran 1.807, es decir, 3,3 veces más, mientras que las defunciones de mujeres, fueron 5.406 cuando la estadística normal hubiera sido de 1.833, es decir, tres veces más.

Los excesos de mortalidad se ceban en la población más mayor

Por edades, los excesos de mortalidad se ceban entre la población más mayor. Concretamente, los registros observaron 9.757 muertos de mayores, el 80 por ciento del total, cuatro veces más de lo que sería normal.

Los muertos computados entre 65 y 74 años han sido 1.510, el 12,6 por ciento del total, cuando se esperaban 511, tres veces más de lo habitual

Los menores de 65 años muertos observados por los registros civiles fueron 881, cuando lo normal hubieran sido 532, por lo que el exceso de mortandaz es de 349 personas. Por tanto, los fallecidos registrados en estas edades son solo un 7 por ciento del total aunque supone un 60 por ciento más de lo que sería en situaciones normales.

Según la gráfica de la mortalidad esperada y observada recogida desde diciembre de 2019 hasta la actualidad en la Comunidad de Madrid elaborada por el Sistema MoMo, la mortalidad se comportó de forma parecida a la esperada, con alguna caída a finales de enero y algún repunte a principios de febrero, dentro de la normalidad, entre las 100 y las 150 defunciones registradas diarias.

Sin embargo, la curva cambia a partir del 9 de marzo, cuando asciende vertiginosamente hasta alcanzar el pico a finales de marzo, con casi 600 muertos observados por todos los motivos por los registros civiles. A partir de entonces cae un poco pero vuelve a aumentar el 2 de abril hasta los 500 fallecidos. Luego la caída es continua hasta Semana Santa, cuando repunta un poco para bajar los días siguientes.