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¿Qué tienen en común Andrés Iniesta, Carlos Tévez, Gianluigi Buffon, Michael Phelps o Casey Stoner? Todos son deportistas de éxito. Jóvenes millonarios que proyectan la imagen de la vida que cualquiera quisiera tener. Eso es lo que percibimos, o lo que las multinacionales que los contratan quieren mostrar. Sin embargo hay sombras en la luz que irradian porque en algún momento de su vida se han quemado. No han podido más. Han sufrido ‘burnout’, un trastorno que no aparece en ninguna radiografía, que no puede arreglarse con cirugía, y que puede ser mucho más peligroso que cualquier lesión. El programa ‘El partido de las nueve’, presentado por Rodrigo de Pablo en Onda Madrid, dedica esta noche un monográfico a este síndrome silencioso.

Iniesta, Tévez, Buffon, Phelps y Stoner han sido tratados y han salido adelante. En otros casos el síndrome de ‘burnout’ ha derivado en episodios de ansiedad y depresión que incluso han llevado a algunos deportistas de elite a acabar con su vida. La pregunta es: ¿qué ocurre en la cabeza de un deportista para que el mejor momento profesional de su carrera pueda coincidir con su mayor infierno personal?

Eva Montero, doctora en psicología clínica y del deporte, visitará el estudio de Onda Madrid para tratar de explicar la dimensión del problema. Además, gracias a diferentes entrevistas, contaremos con el valiente testimonio de algunos deportistas de referencia que sufren o han sufrido ‘burnout’.

Lucas Nogueira llegó desde Brasil para jugar al baloncesto en el club Estudiantes. Su progresión fue tal que la NBA se fijó en él. Para un niño la pelota es un juguete; el baloncesto, un juego; y la NBA es el sueño de todos los niños que juegan al baloncesto pero, qué pasa cuando el sueño se cumple y no es como se espera. Lucas Nogueira llegó a la liga profesional americana pletórico pero cuatro años después tuvo que huir triste y deprimido. Después de pasar fugazmente por Fuenlabrada ahora hace terapia en Brasil.

Ronald Reng es un periodista deportivo alemán premiado varias veces por diferentes trabajos, entre ellos la biografía de su amigo Robert Enke, el ex jugador del Barça que decidió quitarse la vida justo cuando había logrado convertirse en el mejor portero de Alemania. Enke iba a ser el guardameta titular de su selección en el Mundial de Sudáfrica pero poco antes sufrió un episodio depresivo. En aquel momento llegó a plantearse anunciar su enfermedad e ingresar en una clínica privada pero nunca lo hizo. Se suicidó sólo tres días después de jugar un partido con su club, el Hannover 96. Su trágico final al menos sirvió para que la Bundesliga implementara un protocolo de ayuda a futbolistas en riesgo de ‘burnou’ en el que participa Reng.

Rafa Muñoz saltó a la fama con sólo veinte años. El nadador español batió la plusmarca mundial de los 50 metros mariposa y saltó a todas las portadas, y de las portadas, al vacío. Luego fue doble medallista de bronce en el Mundial de Roma pero no supo cómo lidiar con su repercusión mediática, le atrapó el pánico, dejó de entrenarse y desapareció. Durante los meses siguientes entró en un cuadro depresivo que le hizo plantearse acabar con su vida. La terapia le ha salvado y considera la decisión de tratarse como su mejor medalla.

Presión, soledad, despersonalización, ansiedad. Son elementos de un paisaje interno desolador para cualquier ser humano, pero qué ocurre si también son los elementos que componen el infierno de un niño de 15 años que sueña con ser jugador del Real Madrid. Ese es el caso de Ignacio Martín, un coetáneo de Carvajal, Morata o Lucas Vázquez que cambió Tenerife por Valdebebas con la promesa de ser futbolista. Fueron tiempos de poco descanso, mala alimentación y exigencia extrema. Menguaron su rendimiento y se destruyó su autoestima. Ignacio, como muchos otros niños, experimentó la ansiedad y la depresión antes de saber lo que son la ansiedad y la depresión. El día que le dijeron que no valía para futbolista, que hiciera las maletas, se liberó.

Esta es la primera vez que un programa deportivo de radio aborda de forma monográfica un problema creciente en la sociedad. Se estima que el 25% de la población sufre este tipo de trastornos en algún momento de su vida, y los deportistas de élite no son una excepción.