-Claus Knapp aporta los documentos que prueban que la farmacéutica Grünenthal conocía las contraindicaciones de su producto
-Knapp también ha precisado que para comunicar lo que había ocurrido, “en Alemania tardaron un día y en España 53 años”
24-septiembre-2015. El espacio informativo MADRID DESPIERTA, presentado por Vicente Gil y Cristina Sanz, que de lunes a viernes, emite Telemadrid, de 08:00 a 10:00h, ha recibido hoy, después de que el Tribunal Supremo haya sentenciado que los afectados de la talidomida no podrán cobrar sus indemnizaciones porque estima que el delito ha prescrito, la visita de Claus Knapp, el radiólogo infantil que descubrió la talidomida y el efecto de las pastillas que se prescribieron a las embarazadas, y Rafael Basterrechea, afectado y vicepresidente de AVITE.
Basterrechea ha explicado que lo que quieren es que la farmacéutica Grünenthal les trate igual que a los afectados en Alemania y Austria, donde, gracias a un acuerdo en el que intervino el Estado, los afectados reciben entre 1.500 y 7.000 euros, dependiendo del grado de afectación. Basterrechea recordó que estamos hablando de “497 víctimas censadas” en España y de “una farmacéutica que factura 5.000 millones de euros al año en todos los países donde comercializa sus productos”, de los cuales, “entre 150 y 200 millones los factura en España”.
Aquí, según ha explicado, se intentó que como en Alemania interviniese el Estado pero “el ministro de Sanidad Alfonso Alonso nos dijo que no es ético, que un ministerio no pude presionar a una farmacéutica”.
A lo largo de la entrevista, ha mostrado un documento interno de la farmacéutica, en el que reconocen que sabían que su medicamento estaba produciendo esos efectos, pero piden que en España no se diga nada a las embarazadas. “Cuando retiraron el medicamento en Alemania, lo que hacen es mandar un acta a sus representantes de aquí en el que se les dicen que como consideran que no se ha vendido mucho, no hace falta informar a los médicos y farmacéuticos de las consecuencias de este medicamento”.
“Es muy dura la realidad, porque encontramos documentación de 1980, afectados de 1985, doctores que sabían que en sus hospitales se suministraba esta medicación en 1986 y 87”, cuando los efectos se habían descubierto en 1960.
El doctor Claus Knapp, después de precisar que se hace “responsable” de sus declaraciones, ha asegurado que ha recibido amenazas y que Grünenthal le persigue “constantemente porque soy el único testigo vivo”. El único testigo para “darles la paliza”. De hecho, “estoy intentando con el Gobierno alemán que la cierren porque es peor que el narcotráfico”.
Knapp ha relatado que empezó a sospechar en 1960 y que él y un colega empezaron a investigar. “Tardamos diecisiete días” en llegar a la conclusión de la relación entre la ingesta del medicamento y los efectos de malformación. Cuando esto ocurrió, “se lo contamos a nuestro alto jefe catedrático y nos dijo que llamásemos a la farmacéutica. Llamamos y, cuando dijimos que sospechábamos esto, el interlocutor hizo clic y el siguiente que se puso fue el abogado. Para mí eso quería decir que ellos lo sabían. Y ahora sé que sabían que su medicamento provocaba malformaciones, y a pesar de eso empezaron a venderlo”.
“Las metódicas de Grünenthal se salen de lo que considero posible en la serie humana. Hacen cosas que no se entienden. No les importa que muera quien muera”. Knapp ha añadido que para comunicar los efectos de esta medicación “en Alemania tardaron un día y en España 53 años”.