0-0. El Leganés y el Espanyol honran su posición en la tabla pese a la falta de gol

El Leganés y el Espanyol ofrecieron un espectáculo digno de dos equipos que aspiran a los objetivos más altos, en el que hubo tensión, emoción, lucha y hasta situaciones sorprendentes. De todo menos goles, lo que dejó en nula una bella batalla marcada a fuego en la cruenta guerra por el ascenso directo.

El duelo entre el primer y el segundo clasificados lo recibió Butarque con una entrada nunca antes vista en este estadio en la categoría de plata y la cuarta más importante en la historia del club. Eso no intimidó al conjunto visitante, que aceptó con agrado la opción de llevar la iniciativa que le brindó el rival.

Cómodo el Espanyol con esa responsabilidad y también el Leganés con la obligación de no perder el orden, el choque solo lo agitaron durante los primeros veinticinco minutos acciones aisladas, un golpeo cruzado de Martin Braithwaite que rozó un palo y un disparo alto de Yvan Neyou desde la frontal cuando los locales empezaban a sentirse más cómodos.

Y en medio de una relativa calma, todo tembló de repente en el minuto 27 cuando Nico Melamed le ganó la posición a Allan Nyom y se plantó ante Diego Conde, siendo derribado por el arquero dentro del área.

Enmudeció el estadio asumiendo el penalti, lo celebraron los jugadores del Espanyol y se resignaron los del Leganés a la espera de que Trujillo Suárez se limitara a señalar lo que parecía evidente.

Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, el VAR llamó a capítulo al colegiado y este indicó falta del atacante sobre el guardameta, que había llegado a tocar la pelota ligeramente antes del impacto cuerpo a cuerpo. Una decisión difícil de explicar, que seguramente tendrá eco tratándose de un choque tan relevante.

Se repuso rápido del susto el bando madrileño, pues en el añadido tuvo la oportunidad más clara de la primera parte al impactar en la escuadra un cabezazo de Diego García en un saque de esquina.

De los vestuarios salió el Espanyol más intenso, con ganas de acabar sus ataques a toda costa. Así probaron suerte desde fuera del área Braithwaite primero y Melamed después varias veces, con disparos peligrosos pese a que ninguno encontró la portería en su camino.

Mientras, el conjunto leganense aguardaba una acción aislada. Y llegó cuando un pase en profundidad sobresaliente de Neyou lo controló de forma no menos destacable Dani Raba. Maniobró de maravilla el cántabro, descolocando a los defensas y sentando al portero. Solo le faltaba empujar el balón a puerta vacía, pero lo mandó alto ante la incredulidad de todos los presentes.

Dominio alterno

No fue la única vez que los seguidores se llevaron las manos a la cabeza, pues instantes más tarde Francisco Portillo no acertó a rematar entre los tres palos un centro de Nyom cuando se encontraba solo en el área pequeña. Además, Diego García puso a prueba al cancerbero con un tiro cruzado.

El dominio iba por barrios y las siguientes oportunidades fueron para el Espanyol, impulsado por Jofre Carreras en el costado derecho. El centrocampista se acercó con un golpeo desviado, montó una contra que Nico Melamed envió al limbo en buena posición y sirvió una asistencia a la que no llegó por centímetros Pere Milla. Pese a merodear en ambos lados, el gol no se materializaba.

Entró entonces el enfrentamiento en una fase pantanosa, de contactos bruscos y palabras gruesas, que acabó con el técnico visitante expulsado. A partir de ahí el partido fue a menos, conscientes unos y otros de que el empate era un mal menor después de experimentar todo tipo de estados de ánimo durante noventa minutos.