1-0. El Atlético de Madrid, sin acierto en Sevilla y preocupado por Morata
Oblak: "No hemos entrado bien en el partido"
Morata sufre "un traumatismo con torsión de rodilla"
El Sevilla sumó, por primera vez en la Liga, un segundo triunfo consecutivo que lo hace distanciarse en seis puntos de la zona de descenso a costa de un Atlético de Madrid que intentó equilibrar en la segunda parte el gol del local Isaac Romero, pero pecó de un enorme desacierto en el remate.
Jan Oblak estuvo muy exigido desde el inicio, pues tuvo que intervenir en los primeros minutos para detener dos disparos lejanos de Jesús Navas y Acuña, aunque no pudo impedir que en el córner consiguiente al despeje del tiro del argentino, se adelantasen los locales mediante Isaac Romero.
El joven delantero lebrijano remachó en el segundo poste la peinada de Ocampos en el primero y rozó el doblete en otras dos acciones en el primer periodo, en el que estuvo muy activo: mandó a las manos de Oblak un testarazo franco a centro de Óliver Torres y se topó con la cruceta tras ganarle una pugna a Llorente en el área.
Isaac le devolvió la asistencia a Óliver en un contragolpe en el minuto 37, pero el extremeño la malogró con un tiro blando, igual que Morata erró ante Nyland, muy firme en el mano a mano, al borde del descanso, justo antes de que el ariete internacional se lesionase la rodilla derecha tras un choque fortuito con Soumaré.
Lo suplió Memphis Depay, que ganó un balón a Badé nada más reanudarse el encuentro y abrió para Molina, cuyo centro raso remató Griezmann desde cerca, salvó Jesús Navas a portero batido y el despeje rebotó en el tacón del neerlandés, que estaba a un metro de la línea, pero la pelota se marchó fuera forma increíble.
Dominaban los visitantes, que cercaban el área sevillista con remates desviados de Hermoso y Griezmann, pero amenazaban los locales a la contra, gracias a la inspiración de Óliver Torres en la salida y a las potentes cabalgadas de Isaac, que volvió a exigir a Oblak con un disparo desde el borde del área (min. 59).
A Quique Flores no le convenía el correcalles en el que se había convertido el partido, de modo que movió el banquillo para dotar a su equipo de piernas para defender, con Juanlu, y sobre todo de la pausa que le imprimió Suso, cuya salida fue fundamental para dormir el tramo final.
Aunque los rojiblancos siguieron diluviando centros sobre Nyland, el portero noruego, bien secundado por los centrales Sergio Ramos y Badé, espléndido en la anticipación, manejó sin apuros la situación hasta permitir la explosión de júbilo con el que el Sánchez-Pizjuán recibió los tres silbidos finales de Iglesias Villanueva.
Ficha técnica
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