La mala suerte ha sido siempre un acompañero de viaje del Atlético de Madrid. Desde tiempos inmemoriales en los que el propio Vicente Calderón abanderaba al equipo colchonero, hasta hace bien poco, los atléticos han tenido que ingeniárselas muchas veces para explicar por qué son hinchas de este equipo.
Incluso el club tuvo que grabar un spot publicitario para dejar claro que el espíritu atlético es algo que no se puede explicar con palabras, porque es una tradición que no se basa solo en las victorias, sino en el espíritu deportivo en el que la lucha y el esfuerzo son dos constantes.
Les han llegado a llamar los "pupas", un término que no acaba de convencer a su cúpula directiva, pero que había acabado por arraigar entre parte de la afición que, no obstante, es cosiderada por muchos como "la mejor del mundo". Sus seguidores son incondicionales, ya llueva, ya bajen a segunda división o ya haga cuarenta grados en Madrid y haya que celebrar su Supercopa de Europa con una bufanda y un gorro rojiblancos, como está sucediendo este martes.
El propio Joaquín Sabina, quien les ha dedicado ríos de tinta sobre el pentagrama, asegura que ser del Atlético "es como amar la poesía, es como no amar a los que siempre ganan". Los que no son tan conocidos como el cantautor se saben "inmunizados" ante la mala suerte y los disgustos pero saben que "tiene más mérito que ser de otros equipos como el Barça o el Real Madrid, porque es muy fácil ser del equipo que siempre gana".