La taekwondista madrileña Adriana Cerezo confiesa que quedarse demasiado pronto fuera de la pelea por las medallas en Paris 2024 le produjo "sensación de vacío", aunque reitera que estos Juegos Olímpicos le harán "crecer" y ser "mejor deportista", ya que considera que no puede quedarse "con la frustración", aunque admite que estos meses ha pensado en la posibilidad de no tener una nueva "oportunidad".
"Yo quiero pensar que después de París soy una mejor deportista, ahora sé lo que hay en el otro lado. Y ahora tengo esa sensación de vacío y creo que eso me va a hacer crecer, por lo menos me va a hacer más completa, porque la otra opción todavía no la había vivido", expresó la deportista en una entrevista a Europa Press tras un evento celebrado en la sede del Comité Olímpico Español (COE).
La alcalaína, medalla de plata en la categoría de -49 kg en Tokyo 2020 con solo 17 años y favorita a repetir podio en Paris 2024, sufrió un duro golpe en la capital parisina, al quedar eliminada en cuartos de final ante la iraní Mobina Nematzade.
"Fue un momento muy triste, de decepción, de chasco, porque mis expectativas estaban muy altas y cuando no te planteas otra cosa es como que de repente hay un vacío total", confesó Adriana.
"Por supuesto, ahora mismo me dices si puedo cambiar el resultado, y lo haría, pero una vez que ha pasado y ya lo ves te das cuenta de que también de todas las situaciones puedes sacar algo", dijo ya con perspectiva y optimismo el joven talento nacional.
Pero Cerezo, de 20 años, "no" estaba preparada para un contratiempo así, cuando ya se visualizaba en la final por la presea de oro. "Por supuesto, siempre está en tu cabeza que a lo mejor no sale, pero no quieres ni planteártelo porque estás tan segura de que lo que estás haciendo es para conseguirlo. Si ni siquiera yo confío, *cómo lo voy a conseguir?", reflexionó.
"De todo se sale, que todos los problemas sean estos. Aunque es tu vida, es tu pasión, es tu objetivo, es tu sueño y a veces pienso 'y si no vuelvo a tener otra posibilidad'", meditó sobre un día en que "estaba genial antes de subir al tapiz, en la zona de calentamiento, en el momento de subir", hasta que se puso un punto abajo, incapaz de remontar a la iraní.
Y es que, como todo los deportes de combate, el taekwondo "depende de muchos factores" y es muy impredecible.
"Parece que todo está alineado, pero a lo mejor no, y es una lotería. No me arrepiento de nada, pero me tocará afrontarlo de otra forma cuando se me dé esa situación, por lo menos sé cómo no se hace", afirmó.
"En París he vivido emociones y situaciones que en la vida pensaba que me iban a pasar y que iba a experimentar. En cierta forma, de esto crecerás y otras cosas no te pasarán porque has aprendido de esto y me quiero quedar con eso, dándome cuenta de la cantidad de gente que hay alrededor", valoró la madrileña.
Aunque la de Alcalá de Henares no se reprocha nada a nivel deportivo. "En eso me quedé muy tranquila, porque una de mis compañeras, que hizo la preparación conmigo, quedó campeona olímpica (Viviana Marton). Entrenar, estaba bien entrenada, porque sí, además que yo soy la persona más picada del mundo, si alguien hace dos, yo hago tres", defendió.
"¿Qué hice mal? ¿Qué podía haber hecho mejor? ¿De qué no estoy segura? Te sientas con tu equipo, analizamos y vamos a lo que está por venir por delante, porque igual que cuando Tokio no me gustaba quedarme mirando en lo que había pasado, tampoco es justo que ahora me quede mirando y frustrándome por lo que pasó en París, que todavía le daré vueltas, muchas, seguro, pero la mirada está en el futuro", sostuvo.
No obstante, este verano ha sido duro mental y emocionalmente para Cerezo, que "por primera vez" ha tenido vacaciones.
"Nunca en la vida he tenido vacaciones, pero porque a mí me gusta, mis vacaciones eran que nos íbamos a China a entrenar. Pero era la primera vez que sentía que necesitaba vacaciones, necesitaba romper el bucle de pensamiento. Ahora, a ajustar el cuerpo y a volver a recuperar la ilusión", explicó.
Finalmente, la taekwondista valoró positivamente la iniciativa conjunta del COE y el Ministerio de Defensa por la que se reservarán 50 plazas en las Fuerzas Armadas para deportistas de élite, en un modelo similar al de Italia.
"Creo que hay que abrirse a diferentes modelos, mirar las opciones y valorar. Nos comparamos con eso y queremos llegar a eso (modelo italiano), pero a lo mejor nuestras condiciones son distintas y podemos encontrar incluso algo mejor", señaló.
"Aquí se está valorando el presente, desde el momento en el que tú entrarías en el ejército, y también tu futuro una vez que termines tu carrera deportiva. Parece muy completo", celebró, aunque insistió en la importancia de invertir en los deportistas.
"Las medallas y los resultados van en paralelo con la inversión que hay detrás, para la preparación del deportista, su tranquilidad y su seguridad. Hay gente que no lo puede compatibilizar y se está perdiendo muchísima calidad por el camino", advirtió.
Así, Cerezo considera que "encontrar este tipo de modelos e intentar crecer y que haya más inversión es lo que va a traer más resultados".
"¿Qué debe ser el modelo italiano? Pues ojalá, porque a ellos se ve que les funciona muy bien, pero tampoco sabemos cuáles son las condiciones que hay aquí, cuánto vas se puede estirar el chicle. Tenemos que ir presionando poco a poco, ir creciendo y, por supuesto, nosotros tenemos que responder", concluyó.