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«No hubo tiempo de llamarme», se lamentaba Fernando Alonso tras el abandono del GP de Malasia. El piloto asturiano sumaba su primer cero de la temporada por culpa de un alerón roto en un toque con Sebastian Vettel, y por el que no entró a boxes a cambiarlo al final de la primera vuelta.

No quiso obviar el gran acontecimiento de la carrera: la guerra en Red Bull. "Cuando cruzaron la meta apagué la tele, así que no vi el podio, y me perdí la mejor parte, ¿no? (risas). Una pena no haber podido estar allí, pero si han tenido una lucha entre ellos y también en Mercedes, ojalá que pueda ser bueno para nosotros"2, se esperanzaba el español, que posteriormente, a través de su cuenta de Twitter, añadía un toque de humor: «¡Para una vez que no subo al podio, la que me estoy perdiendo! No les vuelvo a dejar solos», escribió el asturiano tras lo vivido en el podio del circuito de Sepang, donde Webber habló abiertamente de la indisciplina de Sebastian Vettel.

En cuanto a su carrera, el español reconoció que tenía buenas sensaciones, 2sabíamos que en la vuelta tres o cuatro había que parar a poner los neumáticos de seco. Durante la vuelta que dimos, el alerón parecía estar bien, y por la tele no parecía dar problemas, así que dijimos vamos a intentar aguantar una vuelta más o dos, y cuando paremos a poner los neumáticos slicks cambiamos el alerón? Porque si paramos en la vuelta uno y después otra vez en la tres, estamos últimos destacados", argumentó Alonso.

VETTEL HACE LA GUERRA POR SU CUENTA

El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) logró su vigésimo séptima victoria en la Fórmula Uno después de imponerse en un controvertido Gran Premio de Malasia en el que desoyó las órdenes de su equipo de no adelantar a su compañero, Mark Webber, en las vueltas finales.

En el circo de la Fórmula Uno cada punto es vital, o eso debió pensar Vettel, triple campeón mundial, después de sobrepasar a Webber en un adelantamiento en los últimos giros que podía haber tenido consecuencias nefastas para la escudería austríaca.

Desoyendo al director de Red Bull, Christian Horner, de mantener la posición para asegurar los puntos, el joven prodigio alemán se jugó un adelantamiento evitable para sumar una nueva victoria y colocarse como líder del Mundial, sobrepasando al finlandés Kimi Raikkonen (Lotus), vencedor en Australia y séptimo.

Esta acción enfureció a su compañero de equipo, el veterano australiano, Mark Webber, curtido en mil batallas, pero que ve temporada tras temporada, el claro favoritismo de su escudería por el piloto de Heppenheim.