El exciclista estadounidense Lance Armstrong finalmente perdió la compostura durante la segunda parte de la entrevista en exclusiva que le concedió a la periodista Oprah Winfrey.
El momento se dio cuando le tocó hablar de sus hijos y la manera de enfrentarse al "gran engaño" que había protagonizado en toda su carrera profesional.
"Vi a mi hijo que me defendía diciendo a los amigos: "Eso no es cierto. Lo que están diciendo sobre mi papá no es verdad", recordó Armstrong. "Fue entonces cuando supe que tenía que decirles la verdad".
Armstrong estuvo a punto de llorar en ese momento, cuando recordó como tuvo que hablar con Luke, de 13 años, el mayor de los cinco hijos que tiene.
Los críticos habían advertido que Armstrong no había sido lo suficientemente contrito en la primera mitad de la entrevista, grabada el lunes, pero el exciclista pareció perder la compostura cuando Winfrey se concentró en el drama emocional que implica su vida personal.
"¿Qué le dijiste a tu hijo?" le preguntó Winfrey al seguir con el asunto familiar.
"Le dije: 'Mira, ha habido un montón de preguntas acerca de tu padre. Mi carrera. Que si me he dopado o no. Siempre he negado eso y yo siempre he sido implacable y desafiante. Ustedes lo han visto, por eso tengo confianza para hablar ahora y no haceros más daño", señaló Armstrong.
El exciclista tejano tuvo que hacer varias pausas y controlar las lágrimas antes de poder seguir con la conversación que mantuvo con su hijo.
"Y bueno, le dije a Luke", de nuevo una pausa pronunciada para reponerse. "Le dije: 'No me defiendas más. No lo hagas...lo siento".
Armstrong explicó que la reacción de su hijo fue de una gran madurez y comprensión, cuando le dijo que lo entendía y que nada iba a cambiar en su relación con él como padre.
El exciclista estadounidense también reconoció que no era el momento más difícil de su vida, pero sí muy cercano al peor, cuando le dijeron que tenía un 50 por ciento de sobrevivir al cáncer testicular que le fue descubierto y luego se le extendió por varias partes del cuerpo.
"Ha sido lo más cercano aquellos momentos que han sido los peores de mi vida, cuando me diagnosticaron con el cáncer, pero soy un optimista por naturaleza y como mi madre, nunca miro para atrás sólo en el futuro", destacó Armstrong, quien admitió que su madre también estaba "destrozada".
En cuanto a las pérdidas económicas que ha tenido tras la suspensión a perpetuidad, Armstrong reiteró que era duro el haber perdido en menos de dos días 75 millones de dólares de los patrocinadores, pero que lo peor es que tal vez nunca más los volverá a recuperar.