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El defensa del Olimpia y la selección de Honduras Arnold Peralta fue asesinado a tiros en el estacionamiento de un centro comercial de la ciudad de La Ceiba.

El exjugador del Rangers escocés fue atacado por un hombre que desde una moto le dispararon en repetidas ocasiones. Testigos en el lugar también afirman que el autor no medió palabra con el jugador y con un total de 18 disparos, varios en la cabeza y en su rostro, le quitaron la vida. El portavoz de la Policía Nacional, Leonel Sauceda, dijo que descartan el móvil del robo.

El futbolista había ido al centro comercial a comprar ropa para su primer hijo. El jugador estaba ligado con el Olimpia, el equipo más popular y laureado de Honduras, con 29 títulos, desde que se fundó la Liga Profesional de Fútbol en 1965. El lateral derecho, de 26 años, había sido convocado por el seleccionador de Honduras, el colombiano Jorge Luis Pinto, para jugar un partido amistoso contra Cuba el 16 de diciembre.

Peralta era muy activo en las redes sociales, particularmente en Twitter, donde se mantenía constantemente en comunicación sus más de 28.000 seguidores. Llama la atención que en noviembre del año pasado, Peralta escribió un mensaje para reprochar la violencia que se daba en el país, la cual le ha quitado la vida.

“Qué difícil nuestro país con tantos delincuentes matando a cada rato, como que matar está de moda. Este tipo de gente no merece estar vivo”, condenó en su momento Peralta.

REACCIONES

“No sé qué le pasó a mi hijo, esto es doloroso, era una joven promesa para el fútbol de Honduras”, decía en medio de un desgarrador llanto Carlos Peralta, padre del futbolista. “No entiendo qué está pasando, no puedo creer que me mataran a mi hijo. Él era un muchacho luchador, muy respetuoso, él solo andaba visitando a su familia, a sus padres y pronto regresaría a su equipo”, declaró entre lágrimas.

"Nuestra condolencias y profundo sentimiento de dolor a su familia y la gran afición del Olimpia", fue el mensaje de José Rafael Ferrari, presidente del club en el que Peralta militaba actualmente, tras conocer la tragedia.

“No puede ser, malditos asesinos, mataron a un gran futbolista, qué es lo que está pasando en este país”, gritaba desconsolado un ciudadano seguidor del jugador.

“Era muy humilde, él me patrocinó unos premios el año pasado cuando estaba jugando en Escocia. Siempre nos apoyó en la liga escolar de la colonia San Judas. Siempre me pedía consejos, siempre me dijo que yo fui su primer entrenador”, recordó Gustavo Sosa, profesor de infancia de Peralta.