| Telemadrid
(Actualizado

El Athletic Club de Bilbao se ha impuesto (2-0) al Mallorca en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, donde los de Caparrós --que volvía a San Mamés pero en el banquillo rival-- plantaron cara pero no pudieron frenar el juego agresivo y vertical de los de Bielsa, que tuvo su representación goleadora en Llorente y Muniaín.

El conjunto de La Catedral fue superior al mallorquín aunque el duelo fue de ida y vuelta, con ocasiones para ambos y abierto hasta el final. A base de oficio fueron poco a poco llegando los goles para los locales, que ven más de cerca un duelo en semifinales ante el Espanyol o el Mirandés.

De inicio, los de Bielsa controlaron el esférico y buscaron las bandas con Susaeta y De Marcos con mucho peligro. Sin embargo, a las oleadas rojiblancas, el Mallorca respondía con llegadas a la contra que ponían en serios problemas al meta Iraizoz. De hecho, la primera gran ocasión fue para el 'Chori' Castro en el minuto 8.

Sin embargo, el Athletic, con la lección bien aprendida, seguía acercándose con ganas de abrir la lata. Después de dos grandes ocasiones locales, una de De Marcos y otra de Ander Herrera, y la consiguiente respuesta de los baleares, en los pies de Pereira, tuvo que ser Fernando Llorente el que pusiera el 1-0, tras rematar de cabeza un centro de De Marcos, en el minuto 35.

El Athletic golpeó primero y, en el inicio de la segunda mitad, fue encerrando poco a poco a su rival. El continuo asedio local y la posesión del balón fue poco a poco desgastando al Mallorca. Los de Caparrós no cejaban en su intento de defender pensando en el partido de vuelta, pero el martillo pilón de Bielsa tenía claro su objetivo.

De esta forma, en el 59 llegó la sentencia en la ida y quizá en la eliminatoria. Muniaín, muy destacado en la organización del juego de su equipo en todo el partido, remató de cabeza en el segundo palo y a placer un centro de Susaeta tras una gran jugada personal. A partir de ahí el partido fue perdiendo intensidad y el Athletic se conformó, ante una muralla mallorquín que seguía buscando el tanto, con la ventaja de dos goles