Atlético de Madrid, de la transición a la exigencia
No hay términos medios en la temporada 2020-21 para el Atlético de Madrid de Diego Simeone, que ya ha superado el "año de transición" del que habló él mismo, al frente de un proyecto continuista, pero que agranda la exigencia sobre él y sobre todos sus futbolistas, especialmente el portugués Joao Félix.
El objetivo prioritario -o mínimo, según se mire- es el pase a la Liga de Campeones, pero en la realidad que vive el Atlético en los últimos tiempos, instalado deportivamente sin ninguna duda en el top ten del continente, incluso quizá más, y presente ya de forma inalterable en la Liga de Campeones, el equipo -y la afición- necesitan más para colmar las expectativas que surgen cada verano.
Por ejemplo, competir por LaLiga durante más tiempo o con más constancia de lo que ha hecho los últimos cuatro cursos, aunque en ninguno de ellos se haya bajado del podio -como tampoco lo ha hecho en ninguna de las ocho campañas completas precedentes de la era Simeone-. O avanzar más allá de cuartos en la Liga de Campeones, de los que no pasa desde hace tres años, desde que lo hizo en 2017.
Son cotas quizá impensables no hace mucho, antes de la llegada del técnico argentino a finales de diciembre de 2011 (por primera vez este curso ya no tendrá a su lado a Germán 'Mono' Burgos en el cuerpo técnico del conjunto rojiblanco), pero exigibles hoy por hoy a un equipo de indiscutible potencial, que sufrió pérdidas transcendentes el pasado verano que, en opinión de Simeone, requerían el famoso año de "transición", porque salieron hombres como Diego Godín, Filipe Luis, Juanfran Torres o Antoine Griezmann.
Y llegaron jóvenes talentos como Renan Lodi o Joao Félix. Lo ha sobrepasado el Atlético con la tercera plaza de LaLiga, que asegura su octava participación consecutiva en la Liga de Campeones; con los cuartos de final de la Champions, aunque con la decepción que marca cualquier valoración europea de su triste eliminación ante el Leipzig en esa ronda; con la despedida en dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante un Segunda B, la Cultura Leonesa; y con el subcampeonato en los penaltis de la Supercopa de España en Arabia.
"Nuestro objetivo está cumplido, porque hemos entrado en Champions, pero al inicio de la temporada buscábamos algo más, aunque al final no fue posible. Antes del confinamiento estuvimos sextos y al final de la temporada fuimos terceros. Un objetivo cumplido, pero seguro que no es lo que hemos buscado y queríamos", advertía esta campaña Jan Oblak, referencia absoluta del equipo.
LA PRUEBA DE FUEGO DE JOAO FÉLIX
La adaptación ya ha terminado. Al menos, el margen para lograrla. Un año, por muy anómalo que haya sido en todas las circunstancias por la pandemia del covid-19, debe ser suficiente para descubrir la mejor versión de un colectivo armado para ser protagonista en cada torneo y de individualidades más prometedoras, por ahora, que determinantes, como Joao Félix, cuyas cualidades no admiten dudas.
Fue el segundo mejor goleador del equipo -nada más superado por Álvaro Morata-, pero nueve tantos, dos de penalti, suenan a poco para él, que ha bajado a la mitad su promedio de hace un año con el Benfica.
"Con su intermitencia pero con un talento inigualable" que esta temporada "será extraordinario para su crecimiento", según Simeone, ha tenido momentos impactantes y deslumbrantes, pero sólo momentos dentro de la irregularidad. Y también ha jugado, quizá, menos de lo que preveía. Fue cambiado en 22 de sus 28 titularidades.
Es un ejemplo, pero hay más, como la constancia que necesita Renan Lodi para ser el lateral izquierdo superlativo que es cuando está en su mejor rendimiento, por hablar de los más jóvenes y más nuevos, aunque también necesitan elevar su rendimiento casi todos los futbolistas de la plantilla respecto al pasado curso, porque la irregularidad fue una nota predominante, sólo solventada al final. Y no sólo el equipo, sino también el banquillo, con Diego Simeone.
GRBIC POR ADÁN, EL PRIMERO DE LOS 'TRES O CUATRO CAMBIOS'
Tiene equipo para más el Atlético. Nada más se prevén "tres o cuatro cambios como máximo" en la plantilla del pasado curso al actual, según avanzó Miguel Ángel Gil Marín, su consejero delegado. De momento, ha habido sólo uno en la portería: ha fichado al internacional croata de 24 años Ivo Grbic para suplir la salida de Antonio Adán, que terminó contrato rumbo al Sporting de Lisboa.
Porque, aunque la continuidad será mayoritaria en el equipo, el conjunto rojiblanco aún debe reforzarse en algunas posiciones, pero también vender a jugadores para recaudar el suficiente dinero para abordar los fichajes que se plantea. "Tan sólo podrán llegar jugadores cuya inversión no supere el 25 por ciento de la cantidad que ingresemos por ventas de jugadores o ahorros por salidas de jugadores actuales", expuso Gil Marín.
Diego Costa, Santiago Arias, Thomas Lemar, Ángel Correa, Vitolo o Mario Hermoso surgen como nombres susceptibles de salir. Todo dependerá, en cualquier caso, de la oferta y la demanda que haya por ellos, aparte de la cantidad ofrecida por el club que los pretenda o el sueldo que se ahorre si los vende o cede.
EL IMPRESCINDIBLE OBLAK
En ese sentido, el equipo aún no está construido del todo. Ni en entradas ni en salidas, aunque en este último caso no se intuye a día de hoy ningún movimiento inesperado en forma del pago de la cláusula de rescisión de alguno de sus jugadores... Ni de Jan Oblak, el más indiscutible e indispensable, quizá, de todos. Es el sostén tantas y tantas veces del conjunto rojiblanco los últimos años.
También se prevé la permanencia de los defensas Kieran Trippier, José María Giménez, Stefan Savic, Felipe Monteiro, Renan Lodi, quizá Sime Vrsaljko; los medios Saúl Ñíguez, Koke Resurrección y previsiblemente Thomas Partey; el extremo Yannick Carrasco -comprado al Dalian chino y fichado por las cuatro próximas temporadas-; o los delanteros Joao Félix, Álvaro Morata -más suplente que titular en este último tramo de competición- y Marcos Llorente, el descubrimiento más incontestable de toda esta campaña.
"Va a ser una temporada dura, porque hay muy buenos equipos, muy buenos entrenadores y vamos a tener que seguir mejorando, porque se empieza a acortar la diferencia que veíamos años atrás, que eran de siete u ocho puntos. Ya terminamos igual que el cuarto este año y todo eso va a ser una responsabilidad para nosotros como cuerpo técnico de mejorar la nueva temporada", asume Simeone, de la "transición" del pasado curso a la ineludible exigencia del actual.
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