El Atlético de Madrid comienza a encontrar la forma de conectar con el delantero croata Mario Mandzukic, que se destapó con su primer triplete goleador en el duelo de Liga de Campeones ante el Olympiacos griego y comienza a ganar en efectividad para hacer olvidar al hispanobrasileño Diego Costa.
Con sus tres goles de ayer, Mandzukic presentó sus credenciales como rematador de área, con unos números incuestionables: tres tantos en cuatro remates a portería.
KILLER DEL ÁREA
Los tres goles fueron de rematador, de oportunista del área. En el primero, que suponía el 2-0 para los rojiblancos, Mandzukic estaba en el momento justo para recoger el centro del argentino Cristian Ansaldi tras el error en el despeje del defensor español del Olympiacos Alberto Botía. Un toque y a las mallas.
En el segundo, que llegó tras una buena jugada colectiva por la banda derecha entre Juanfran Torres y el turco Arda Turan, Mandzukic se adelanta en carrera al defensor noruego Omar Elabdellaoui para cabecear solo ante Roberto.
De nuevo con la cabeza, y apenas tres minutos después, el artillero croata haría su tercer tanto rematando de cabeza una falta lateral botada por el capitán rojiblanco Gabi Fernández. Aunque estaba sujeto por Botía, Mandzukic fue capaz de zafarse del marcaje y saltar por encima del defensa español para completar su triplete.
PUNTO DE MIRA AJUSTADO
El croata comienza a tener el gatillo listo y ya son cinco los tantos que lleva en duelos europeos, tras el gol que anotó en Atenas en la derrota 3-2 para los rojiblancos y el que aportó a la goleada 5-0 al Malmoe sueco en el Calderón.
En la Liga lleva otros cinco, anotados ante la Real Sociedad, el Córdoba, el Getafe, el Valencia y el Eibar. Ha marcado gol en tres de las últimas cuatro jornadas, una muestra de que la punta del engranaje del nuevo ataque del Atlético comienza a funcionar.
Y es que el equipo ha notado la diferencia del juego con Diego Costa, que ofrecía al conjunto dirigido por Diego Simeone mayor velocidad en el contragolpe, a las prestaciones que les ofrece 'Mandzu', como le llaman en el vestuario. Ayer, tras el encuentro, Juanfran Torres lo explicaba con total claridad:
"Con Mandzu hemos vuelto a nuestra forma de jugar cuando estaba el Tigre (Radamel Falcao) hace dos años, con más salidas por banda, más centros. Con Diego Costa éramos más profundos. Él está haciendo un trabajo increíble y se merece tener noches como la de hoy. Marque o no, estamos orgullosos de él", dijo el lateral rojiblanco.
"SIEMPRE PIENSA EN EL EQUIPO"
La prueba es que los tres goles de la noche europea fueron de área y, sin embargo, en jugadas de contraataque rápido como la que tuvo el croata en el minuto 35 de la primera parte, Mandzukic no fue tan resolutivo. Este tipo de situaciones en las que se requiere una conducción rápida de balón y que tanto beneficiaban a Costa, no son las más oportunas para un jugador que se está demostrando más cómodo dentro del área.
Sin embargo, lo que no diferencia a Mandzukic de Costa es su entrega en el campo. Ambos delanteros destacan por su trabajo en la presión y su agresividad en la disputa de balones con los rivales. Tanto es así que está siendo moneda común ver a Mandzukic despejando balones aéreos en los saques de esquina en contra del Atlético.
"Lo bueno que tiene es que piensa en el equipo, habrá días que lo haga mejor y otros que no", destacó Juanfran. Su compañero uruguayo José María Giménez también resaltó el tema de la entrega, al comentar que el croata había salido aún con molestias en el cuello después del partido contra el Málaga.
"Sabemos que Mario jugó medio tocado del cuello y es increíble lo que luchó, lo que jugó, anotando tres goles... Es de buen delantero, porque lo que hace es increíble. Siempre está ahí y siempre hace gol", aseguró Giménez. "Lo que él hace a la hora de luchar es algo que otros no hacen", remató el charrúa.
Con la entrega, innegociable para el técnico Diego Pablo Simeone, que Mario Mandzukic ha demostrado, y la pizca de acierto que está encontrando, el Atlético puede sumar un extra goleador a una plantilla con los tantos muy repartidos, gracias a la capacidad aérea de los centrales y el acierto de los centrocampistas.