Atlético de Madrid, de remontada en remontada

  • Morata obra un segunda remontada en tres días

De remontada en remontada. Esta vez fue Alvaro Morata el que sacó las castañas del fuego al Atlético de Madrid.

Sus dos goles al Feyenoord (3-2) rescataron a los de Diego Pablo Simeone de un mal partido, durante el que no consiguieron sacudirse una general sensación de debilidad y que se convirtió en una ruleta rusa de la que finalmente resultaron vencedores. La moneda cayó de cara para el Atlético, pero podía haber sido al revés.

Porque los rojiblancos saltaron al Metropolitano inseguros y desbordados. Así se percibió en su estreno en la liga de campeones. Probablemente presionados por la responsabilidad de no volver a caer en los errores del año pasado, cuando quedaron últimos de grupo y eliminados a las primeras de cambio.

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El caso es que la música de la Champions, lejos de sentar bien a los de Simeone, les puso nerviosos. También los 3.500 seguidores del Feyenoord que llenaron el anillo superior del Fondo Norte y animaron a su equipo con un ruido ensordecedor.

Ya había aparecido Simeone obsesionado en la conferencia de prensa previa al partido con las bajas que acumulaba en la defensa. Giménez se unió a última hora a la merma en la retaguardia y fomentó la psicosis.

Ni Azpilicueta ni Witsel afrontaron el combate con la tensión que debe exigirse en un encuentro de vital importancia y el Feyenoord, que no es nada del otro jueves, se vino arriba empujado por la indecisión defensiva de los locales. Así llegó el tanto en propia meta de Hermoso y, pasada la media hora, el del eslovaco David Hancko.

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Ni siquiera el empate a uno de Morata, al que le siguieron unos minutos de tranquilidad con remate al poste de Griezmann incluido, sirvió de bálsamo absoluto para el Atlético. El envite se convirtió en un ida y vuelta. Anotó el Feyenoord el 1-2 y empató Griezmann al borde de la bocina (2-2).

El Atlético se fue al descanso con mucho mejor resultado que juego. Con una inyección de moral por el tanto postrero, pero con la sensación general de que la trascendencia del encuentro le había inundado.

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Como el pasado domingo ante el Cádiz, nada más saltar al césped en la segunda mitad Morata puso el 3-2 y provocó el estallido de la grada. Si ante el Cádiz había sido el argentino Angel Correa el héroe, en la noche de champions, Alvaro Morata protagonizó ese papel.

Morata sacó al Atlético de un enorme lío. El delantero de la selección española ha comenzado la temporada como un cañón. Son siete goles con el Atlético (cinco en liga y dos en Champions) y tres con España para un total de diez. Ante el Feyenoord, salvó a los suyos, superados por el nivel de la competición, que no por el del rival, que asustó mucho después del 3-2 y pudo empatar. El Atlético se llevó tres puntos vitales, pero la faltó juego y le sobró desasosiego.