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El Atlético de Madrid se presenta en el sorteo de las semifinales de la Liga de Campeones, que se realizará en la sede de la UEFA en la ciudad suiza de Nyon, como el único semifinalista invicto de esta edición de la Liga de Campeones, con un balance inmaculado de ocho victorias y dos empates.

El conjunto rojiblanco, que pisa las semifinales de la máxima competición continental por primera vez en 40 años, se presenta en esta instancia con ocho victorias, dos empates, 22 goles a favor y 5 tantos en contra.

EQUIPO MENOS GOLEADO

El 1-1 contra el Zenit en San Petersburgo en la fase de grupos con la clasificación prácticamente decidida, y el estratégico 1-1 logrado en el Camp Nou en la ida de cuartos de final fueron los únicos encuentros en los que el equipo rojiblanco no se proclamó vencedor.

Asimismo, el Atlético y su portero, el belga Thibaut Courtois, que disputó todos los encuentros menos uno (el 2-0 al Oporto en el Calderón, en el que jugó Daniel Aranzubía por lesión de Thibu) llegan a esta fase decisiva con la vitola de equipo menos goleado de los cuatro contendientes en las semifinales.

Tan solo cinco goles concedió el equipo rojiblanco en diez partidos, por encima de los siete que recibieron Real Madrid y el Chelsea inglés, o los ocho encajados por el Bayern Munich alemán.

Si la defensa del Atlético es la más segura hasta el momento, en el ataque el favoritismo corre del otro lado de la capital. El Real Madrid, con 32 tantos, es líder destacado en este apartado. Dos goleadas al Galatasaray turco (1-6 y 4-1) y otras dos al Schalke alemán (1-6 y 3-1) dan buena muestra de ello.

CRISTIANO, MÁXIMO GOLEADOR

Tras los blancos, las cifras goleadoras del resto de semifinalistas son parejas: 24 goles del Bayern, 22 del Atlético y 18 del Chelsea. La lista individual de goles la comanda el portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo, con 14 tantos.

El ariete del Atlético Diego Costa es el siguiente con 7 tantos, y hay que buscar un poco más para encontrar al máximo artillero del Bayern, el alemán Thomas Muller (5 goles) y a los del Chelsea, que son el senegalés Demba Ba y el español Fernando Torres, con tres tantos cada uno.

Buena muestra del estilo del Atlético se encuentra en el apartado de jugadores que más distancia han recorrido en los partidos disputados. Dos de los jugadores de la medular del conjunto rojiblanco están entre los seis que más espacio en metros han cubierto durante los partidos que han disputado.

El capitán rojiblanco Gabi Fernández, con casi 117 kilómetros recorridos, es el jugador con más distancia acumulada de los equipos semifinalistas, y el segundo en global, solo por detrás de Kevin Grosskreutz, centrocampista alemán del eliminado Borussia Dortmund.

Su compañero Jorge Resurrección Koke, autor además del único gol del encuentro de ayer y jugador que más kilómetros recorrió en el partido de anoche ante el Barcelona (12,2) se sitúa el sexto de esta clasificación, con una distancia global cercana a los 108 kilómetros.

Con estas credenciales de único equipo invicto y equipo menos goleado, el Atlético se enfrenta a un sorteo que, le enfrente con quien le enfrente, deparará sin duda coincidencias no desdeñable.

Si un emparejamiento con el Chelsea inglés produciría la vuelta de Fernando Torres al club en el que se formó y que fue su casa durante siete temporadas (dos en Segunda y cinco en Primera División), también supondría, probablemente, la ausencia del meta belga Thibaut Courtois, cedido por el club inglés.

El enfrentamiento con el Real Madrid significaría, además de un derbi en competición europea, una reedición del duelo de este año en Copa del Rey, que tan mal sabor dejó al Atlético, con derrotas 3-0 y 0-2.

También supondría rememorar la semifinal de la temporada 1958-59, que tuvo un 2-1 en el Bernabéu y un 1-0 en el Metropolitano, con un partido de desempate en La Romareda de Zaragoza que ganaron los blancos 2-1. Aquel equipo liderado por Alfredo di Stéfano ganó ese año la cuarta de las cinco Copas de Europa consecutivas que logró.

La tercera opción, un enfrentamiento con el Bayern Múnich, sería adelantar en una fase una vendetta personal a la que aspiran muchos Atléticos: encontrarse con los bávaros en la final para vengar al equipo liderado por Luis Aragonés que en 1974 vio como el alemán Georg Schwarzenbeck empataba la final en el último minuto y cómo el Bayern les goleaba 0-4 en la repetición de la final.