El Balonmano Madrid tiene que preparar el inicio de la liga... ¡en un parque!
"La situación para nosotros es crítica", así de claro hablan en el Ikasa Balonmano Madrid Boadilla. Tanto sus equipos masculino como femenino de las Divisiones de Honor Plata, se tienen que entrenar en un parque público porque las instalaciones deportivas están cerradas.
"Nosotros estamos orgullosos de pasear el nombre de Madrid por cada pabellón de España. Pero necesitamos uno para defenderlo en casa. Y estas son las condiciones de los primeros equipos, de la base ya ni hablamos, cientos de niños parados a la espera de poder reanudar los entrenamientos por silencio administrativo", señalan desde el club.
El Pabellón Fernández Ochoa, en el PAU de Carabanchel, donde se entrenaban tres días por semana, entró en obras en mayo y aún no han finalizado. En Boadilla les han modificado el horario, una vez iniciada la actividad del resto de equipos que acoge, y sólo pueden acudir los viernes.
Manuel Holst, jugador del Ikasa BM Madrid, ha denunciado que "esta es la realidad de un deporte minoritario. Segunda máxima categoría de balonmano. Ningún tipo de ayuda, entrenando en la calle y cancelando entrenamientos. Sin ayuda de las instalaciones estamos abocados a un futuro oscuro".
"Empezamos la pretemporada entrenando, luego nos cambian los horarios porque empieza a entrenar baloncesto y nos quitan de nuestro horario. Y nos mandan las mañanas entre todos los que trabajamos no podemos entrenar. Y ya el colmo ha sido esta semana que nos han echado de los pabellones en los que estamos entrenados pretemporada. No tenemos acceso al gimnasio y tenemos que hacer el físico en la calle con lo que vamos con un par de pesas y cosas así”, añade Holst.
Para su compañero Nacho Salgado, "esperemos que esto se termine lo antes posible y podamos tener un pabellón en el que poder entrenar y prepararnos físicamente".
Marquitos, también jugador del Ikasa Balonmano Madrid, es más contundente: "Situación delicada a falta de diez días para empezar la competición. Suspensión de entrenamientos a última hora, horarios que nadie quiere, pistas sin actividad cerradas, nada de permitirnos el acceso a la sala de musculación. Nadie parece querer ayudar. Responsabilidades fuera".
Carlos García, segundo entrenador y preparador físico destaca que "lo que más nos duele es que hay instalaciones que están vacías. Esta situación nos perjudica con respecto al resto de los equipos porque ellos pueden entrenar en un pabellón o en un gimnasio acondicionado y no en un parque".
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